La belleza no podía faltar en la final
“Azul, Azul, Azul”, fueron los primeros gritos que se escucharon en el Estadio Nemesio Díez, pero poco a poco empezaron a apagarse ante el “Diablos, Diablos, Diablos”, por encima incluso del sonido local, en la final del Torneo Apertura 2008 entre Toluca y Cruz Azul.
Enseguida la afición del Toluca siguió con su parte en el partido, al cantar “Otra copa, queremos otra copa”, coro que después cambió por abucheos cuando aparecieron los jugadores de la Máquina en el campo, para calentar.
La fiesta siguió en tono rojo, con la proyección en las pantallas de los goles que le han dado títulos al equipo escarlata que provocaban el grito de “gol” cada vez que el balón besaba las redes.
En la ceremonia del “juego limpio”, los jugadores de ambos equipos salieron tomados de la mano con niños vestidos completamente de blanco, para pedir que el partido se jugara fuerte pero leal.
En general, el partido tuvo tintes pacifistas, pues aunque los dos equipos buscaban marcar gol, fallaron en sus oportunidades.
Terminó el primer tiempo y los jugadores cementeros se fueron al vestidor con angustia, pues no habían conseguido ninguno de los dos goles que necesitaban para empatar el marcador global y luchar por la novena estrella en su escudo.
Para ponerle más color rojo al juego, el “Diablos, Diablos” apareció cuando reinició el encuentro, pero levemente disminuyó y dejó una luz de esperanza celeste, cuando Alejandro Vela hizo funcionar el marcador y le puso emoción al encuentro al marcar el primer gol.
Se convirtió entonces el árbitro Roberto García en protagonista del juego, pues primero dejó correr una jugada que parecía de segunda amonestación para el capitán celeste, Gerardo Torrado, pero después compensó al no marcar una clara pena máxima de Manuel Cruzalta sobre César Villaluz, a quien incluso noqueó y mandó al hospital.
La Máquina tuvo que jugar con 10 hombres desde el minuto 73, pues ya había hecho sus tres cambios. Las voces apagadas de “Azul Azul”, recuperaron fuerza y se hicieron acompañar por el “Sí se puede, sí se puede”, al alcanzar en el global a los mexiquenses.
Los seguidores de la Máquina tuvieron su recompensa cuando Julio César Domínguez venció otra vez al argentino Hernán Cristante para el 0-2 en el juego de vuelta e igualar el marcador acumulado 2-2, a 12 minutos del final.
El silbante Roberto García decretó cuatro minutos de compensación y el partido culminó sin más anotaciones.
Pero la gente del Toluca ansiaba colocar su novena estrella al escudo y sin la misma peligrosidad del primer tiempo, pero sí con mucho corazón, los jugadores buscaron concretar la diferencia en la prórroga, pero no lo consiguieron y fue en la instancia de los penales donde se llevaron la gloria.
Entre los grandes
Toluca desbancó del tercer sitio precisamente a la Máquina Celeste que se quedó con ocho y que alargó a once años su sequía de títulos. La última ocasión que logró alzarse con la corona ocurrió en el Invierno 1997.
Asimismo, es el equipo más dominante en torneos cortos, ya que de ocho finales a las que ha llegado, en seis de ellas ha salido con el trofeo, con lo que supera al Pachuca, que acumula cinco campeonatos.
Máquina ofensiva
Cruz Azul se quedó como la mejor ofensiva de esta liguilla, al anotar dos goles en la serie final ante Toluca, al concluir la liguilla del Torneo Apertura 2008 del futbol mexicano.
Por su parte, los Diablos Rojos del Toluca se quedaron como una de las mejores defensivas de la liguilla, al permitir sólo tres goles en toda la eliminatoria, en su último partido recibieron dos goles ante Cruz Azul.