Durante la temporada de calor se incrementan los casos de picaduras de alacrán; en el estado van cerca de dos mil casos este año.
En lo que va del año se han atendido cerca de dos mil casos en todo el estado, pero ante la cultura de autoprevención no se han registrado decesos desde hace tres años.
La gente que habita en colonias, barrios y fraccionamientos del centro, norte y poniente de la ciudad, ha aprendido a convivir con un vecino poco usual. Ponzoñoso, sorpresivo y mortal, el alacrán forma parte de la vida cotidiana de gran parte de los habitantes de la ciudad de Durango y de los municipios de la región del Semidesierto, así como de la región serrana de la entidad, quienes han aprendido a cuidarse de la picadura asesina de este bicho y en quienes ya se ha presentado a no perder el tiempo en remedios caseros que solamente demoran una apropiada atención médica.
Calor. El alacrán se ha adaptado adecuadamente al hábitat de los seres humanos y viceversa, considerando que se han invadido las zonas donde mora a pesar del riesgo que ello implica. La Secretaría de Salud ha atendido a través de sus servicios médicos a mil 899 personas por picadura de este insecto. De éstas, un total de 568 han sido niños menores de 15 años y 491 pertenecen al grupo de edad productiva de entre 25 y 44 años.
Según Patricia Herrera Gutiérrez, doctora del Hospital General de la ciudad de Durango, en el transcurso del mes de mayo se atendieron 662 personas, mientras que en lo que va del 2008 se reportaron mil 660 casos de picadura de alacrán en el mismo nosocomio.
Riesgo. Actualmente ya se tienen bien identificados los barrios, colonias y zonas de la ciudad de Durango donde se registran más picaduras de alacrán, como El Calvario, Tierra Blanca; colonias como la Mayagoitia, Maderera, Morga, Las Palmas y el mismo Centro de la ciudad. Las víctimas regularmente acuden al Centro Antialacránico del Hospital General para atenderse en estos casos de esta naturaleza.
En lo que respecta a los municipios, el problema se concentra específicamente en Pueblo Nuevo, Mezquital, Nombre de Dios, Poanas, Vicente Guerrero y Súchil, los Centros de Salud de estas regiones atienden este tipo de situaciones con el suero antialacránico, con lo que se revierte la toxicidad del veneno del artrópodo.
Remedios. Patricia Herrera Gutiérrez reconoce que se encuentra bien arraigada la cultura del autocuidado de la salud personal y familiar, pues cuando se produce una picadura de alacrán la gente ya sabe cómo actuar y a dónde ir para recibir atención adecuada, dejando de lado los remedios domésticos como dar a beber leche tibia, untar ajo o cebolla en la parte afectada, provocar vómito, ingerir agua salada o untar cloro, entre otros; son situaciones que sólo retrasan la oportunidad de la atención médica.
Hace tiempo que no hay decesos
Durango. Un dato alentador es el hecho de que desde hace tres años no se registran defunciones intrahospitalarias producidas por picaduras de alacrán, el último caso asentado en los archivos de la Secretaría de Salud se presentó en el municipio de Pueblo Nuevo, en una localidad identificada con el nombre de Barrancos Prietos, cuando una niña de poco menos de dos años fue llevada a recibir la atención médica después de más de 20 horas de que fuera picada por el bicho. Debido a la demora y a lo avanzado del veneno, poco se pudo hacer para salvarle la vida.
(CIFRAS)
1,899
casos de picaduras de alacrán se han registrado en la Secretaría de Salud, los cuales se han atendido en las clínicas de todo el estado.
662
personas atendidas en el Centro Antialacránico del Hospital General de la ciudad de Durango, tan sólo el mes de mayo. En el año suman mil 660 casos.
