Ante el escenario poco favorable que prevalecerá en la economía mundial, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público redujo el pronóstico de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) de México en 2008 de 3.7 por ciento a 2.8 por ciento.
Por su parte, el Banco de México también redujo la estimación de crecimiento para el país a un rango que va de 2.75 a 3.25 por ciento. La anterior estimación era que la economía mexicana crecería entre 3.25 y 3.75 por ciento.
Alejandro Werner, subsecretario de Hacienda, explicó que la baja en el pronóstico de crecimiento refleja la desaceleración de la economía de Estados Unidos.
Comentó que el hecho de que el Fondo Monetario Internacional también haya reducido su estimación de crecimiento para Estados Unidos a 1.5 por ciento, es un factor que influyó en la revisión del pronóstico de la dependencia.
Juan Manuel Pérez Porrúa, titular de la Unidad de Política de Ingresos de Hacienda, destacó que la desaceleración de la economía estadounidense también traerá un descenso de 10 mil millones de pesos en la recaudación de ISR e IVA.
No obstante, Werner aseguró que esta baja en los ingresos tributarios será compensada por los ingresos que captarán del petróleo.
Por su parte, el Banco de México publicó su informe trimestral de inflación en el que dio a conocer perspectivas económicas del año.
En él argumenta que su previsión de menor crecimiento se debe a que las expectativas de actividad económica en Estados Unidos “se han venido deteriorando” y se “prevé que continúe el ajuste en el sector inmobiliario” en ese país.
Los dos mayores bancos de México, Banamex y BBVA Bancomer, también redujeron en días pasados sus pronósticos de crecimiento de 3.6 a 2.9 por ciento, y de 3.4 a 2.7 por ciento, respectivamente.
Por su parte, Agustín Carstens, secretario de Hacienda, mencionó la necesidad de “encender los motores” del crecimiento del país, porque enfrenta una coyuntura difícil este año debido al ambiente externo.
Dijo que el agropecuario es uno de los sectores que puede contribuir a sortear este entorno, debido a la coyuntura de los incrementos en los precios del maíz y otros granos.
