Esta semana que termina, en los estados de Coahuila y Durango, se produjo una serie de cambios en los gabinetes, los cuales considero conveniente comentar, por las implicaciones personales que tienen y las lecciones de política que entrañan. Desde luego que comentaré sólo unos cuantos de ellos, pues hacerlo con todos resultaría largo y aburrido.
Iniciaré por el nombramiento en Durango de Rocío Rebollo, como nueva secretaria de Desarrollo Social.
En pocas ocasiones se reúnen las características personales con las requeridas en ese puesto, por lo que habría que felicitar al gobernador por esa designación.
No obstante su procedencia de origen, que la tiene en el seno de una familia de abolengo político, Rocío es una mujer que puede conceptuarse como producto de la cultura del esfuerzo.
La vimos trabajar en la Presidencia Municipal de Torreón, como secretaria ejecutiva de Salvador Jalife y después en la Secretaría de Obras Públicas en el estado; y en ambos cargos dio muestras de poseer una gran sensibilidad y probada lealtad.
El nuevo cargo le viene como anillo al dedo, pues desde el mismo, puede aplicarse a solucionar problemas que afectan a los más necesitados.
De aquellos que a veces se conforman tan sólo con ser escuchados por los funcionarios y en muchas ocasiones ni siquiera eso reciben.
Mujer sensible, agradable, honesta y franca. De esas que acostumbran hablar de frente, sin miramientos y por ello, en ocasiones, puede parecer hasta dura, pero en el fondo de sus palabras siempre hay un sedimento de verdad y razón.
Ruego a Dios que bendiga su camino y la convierta en Su instrumento para derramar sus dones entre los más pobres de nuestros hermanos.
Por otra parte, en Coahuila, se produjeron cambios importantes con miras a las elecciones locales de diputados.
Así, Fernando de las Fuentes, que ocupaba la alcaldía de la ciudad capital, se separó de ésta para competir por una diputación.
Algunos analistas, han estimado que esa decisión es un error de Fernando, porque ya fue diputado local y es más importante ser alcalde que congresista.
Ellos pierden de vista el valor de la disciplina en la política. Muchas veces debe uno aceptar una determinada posición en aras de fortalecer un proyecto mayor. No se debe tampoco confundir disciplina con sumisión. La primera es encomiable. La segunda deleznable.
Pero además, este paso le permite a Fernando escalar nuevas posiciones dentro de la estructura política, porque el descender al primer peldaño de la escalera, abre la posibilidad de ascender de nuevo y eso en sí, es valioso e interesante.
A su vez, Jorge Torres, hasta el viernes secretario de Finanzas, se hace cargo de la alcaldía de Saltillo, lo cual era un sueño largamente acariciado por él.
Cierto es que no llega por la vía de la elección, pero lo importante es que llega, porque desde la elección de Óscar Pimentel como alcalde de esa ciudad, Jorge había deseado llegar a ocupar ese cargo y ahora lo hará por más de un año. Tiempo suficiente como para que se le quite la tentación de desempeñarlo.
En política se debe tener la habilidad de aprovechar las oportunidades y no menospreciar ninguna de ellas.
Ahora que la vida se la brinda, tiene la posibilidad de demostrar por qué quería ser alcalde de su tierra natal.
Pronto se darán otros cambios de importancia. Entre ellos, el de Homero Ramos, que se separa para competir por una diputación local y quizá llegue a convertirse en el líder del Congreso Local, en la próxima Legislatura.
Homero es gente disciplinada, mesurada y trabajadora. Si el destino le tuviera reservada una posición como la comentada, estoy seguro que sería una gran experiencia en su carrera política.
En su lugar presuntamente llegaría Armando Luna, un joven abogado, que tendría que rodearse de personas avezadas en los quehaceres políticos y evitar rodearse de algunos amigos que le hacen mucho daño.
La Secretaría de Gobierno es un barco que siempre navega por mares procelosos y se requiere de una tripulación experimentada para no naufragar en esas aguas.
Mis mejores deseos para todos y que todo lo que llegue a ellos sea para su bien y el de nuestras entidades federativas.
Por lo demás, no obstante lo que diga Torres Charles, yo sigo afirmando que: “Hasta que nos volvamos a encontrar que Dios te guarde en la palma de Su mano”.