La Administración que preside el alcalde José Ángel Pérez Hernández cierra el año que termina de modo inconveniente, con la realización de una serie de cambios de mal a peor al interior de su equipo de Gobierno.
Después de un interinato de tres meses, semanas atrás fue designado como secretario del Ayuntamiento Gerardo Puentes Balderas, personaje que arrastrado por la corriente política que encabeza el profesor Jesús Contreras Pacheco, defeccionó del Partido Revolucionario Institucional para incursionar en la Unión Democrática de Coahuila, y hoy aparece en las filas de Acción Nacional accediendo a un puesto para el que carece de experiencia y sobre todo, falto del perfil requerido porque entre otras cosas, el desempeño del cargo exige ser profesional del derecho como instrumento indispensable para mantener la actuación del Cabildo dentro del marco legal.
Pasado el tercer informe de actividades del Alcalde, se inician otros cambios entre los que destacamos algunos botones de muestra. La salida de Aniceto Izaguirre por ejemplo resulta inexplicable, dado que si en su último informe José Ángel asegura que en su Administración se ha construido tres veces más obra que en cualquiera otra del pasado, el despido de su director de Obras Públicas resulta del todo incongruente.
Llegadas las vacaciones de Navidad el Alcalde aprovecha para anunciar cambios importantes, con el vano propósito de que la noticia se diluya en el adormecimiento de la vida pública propio de esta época del año, lo cual ha resultado fallido en virtud de la violencia que acecha en cada esquina y que estalló en el operativo policiaco instrumentado el mero veinticuatro de diciembre en el Centro de la ciudad y los embates del crimen los días posteriores, en los que resultaron emboscados y heridos tres agentes de Policía.
Resulta injusta la salida de la Directora de Comunicación Social Guadalupe Richards, que es obligado atribuir a la misión imposible de posicionar la imagen del Alcalde, empeñado en incurrir en acciones que producen de continuo una percepción negativa en la comunidad.
Se retira al director administrativo Fernando Zertuche Torres, sin que el Alcalde ofrezca una explicación al respecto. Fernando es una persona honesta y un administrador aplicado y de experiencia. Ya convertido en servidor público en un puesto tan relevante, su salida amerita ser explicada por Pérez Hernández de cara a la ciudadanía, porque se trata del responsable de la operación administrativa de la estructura municipal, que como tal es del interés de los ciudadanos. El director administrativo del Municipio no es un empleado particular de José Ángel, al que pueda remover sin dar cuenta de lo que hizo o dejó de hacer el funcionario para motivar la decisión respectiva.
Lo más preocupante es el relevo de Zertuche Torres, que de acuerdo a información publicada por El Siglo de Torreón apunta a que en los primeros días del año entrante, José Ángel propondrá al cabildo como candidato a ocupar la vacante, a un amigo de su infancia cuya carrera administrativa se reduce a la operación de diversos antros los últimos veinte años. Lo anterior debe ser objeto de adecuado tratamiento o rectificación en su caso por parte del Alcalde, porque resulta inadmisible que como añadido a la violencia que azota a la ciudad, se encargue la Dirección Administrativa del Municipio a una persona vinculada a giros negros.
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