La experiencia y talento de un torero mexicano, personificado por Ignacio Garibay, se hará presente esta noche en el ruedo del Coliseo Centenario de Torreón.
TORREÓN, COAH.- Nacido el 24 de febrero de 1975 en la Ciudad de México, el matador de toros Ignacio Garibay Zepeda ha logrado, a sus casi 33 años, colocarse como una de las principales figuras de la fiesta brava en México, aunque aún se encuentra camino a su consolidación.
Justo hoy el capitalino se presentará en esta ciudad y será parte del cartel inaugural del Coliseo Centenario de Torreón, donde compartirá el ruedo con el español Pablo Hermoso de Mendoza y Eulalio López “Zotoluco”, dos figuras de talla internacional ante las que deberá sublimarse para disputarles el triunfo en un escenario que lucirá repleto por parte de la afición lagunera.
Su debut novilleril con picadores se remonta al cinco de abril de 1995, hecho ocurrido en Puerto Vallarta, Jalisco, en una tarde en la cual se presentó por vez primera en público.
Su presentación como novillero en la Plaza México ocurrió el 14 de septiembre de 1997, donde al lado de Paco Muñoz y Carlos Alberto Díaz lidió ejemplares procedentes de la ganadería Dovidis Hermanos.
También como novillero tuvo la oportunidad de presentarse en la plaza Las Ventas de la ciudad de Madrid, España, el seis de agosto de 1999.
En ese festejo salió ovacionado, luego de lidiar al novillo “Espartero”, un ejemplar de la ganadería Diego Romero y Palomo Linares, con peso de 493 kilos. En esa ocasión alternó con Antonio Barea y Jesús Burdallo.
El sueño de todo novillero se le vio cumplido el tres de octubre de 1999 en la Plaza Torrejón de Ardoz de España, al tomar su alternativa como matador de toros, para lo cual tuvo como padrino a Vicente Barrera y como testigo de honor a Miguel Abellán Hernando.
En ese festejo lidió “Rohetillo”, ejemplar de la ganadería Juan Pedro Domeq, al cual le cortó las dos orejas.
Su confirmación en la Plaza México se dio el cinco de febrero del 2000, donde Jorge Gutiérrez fue su padrino, mientras que Enrique Ponce y Pablo Hermoso de Mendoza fungieron como testigos de honor. Al toro “Pajarero”, enviado por la ganadería de Teófilo Gómez, le cortó una oreja.
La confirmación en Las Ventas de Madrid se dio el 16 de abril del mismo 2000. Ahí lidió al toro “Emirito”, ejemplar procedente de la ganadería Juan José González. Escuchó silencio. Como padrino de esta jornada tuvo al “Tato” y como testigo a Ruiz Manuel.
En la trayectoria de Ignacio Garibay dentro de los ruedos figura el haber estado en Francia, donde se presentó por vez primera el 29 de julio del 2000 en la Plaza Beaucaire, al lado de Mario Coelho y Marc Serrano.
En este festejo lidió toros de Cervenole y Hubert Yonnet. En su primero fue ovacionado y al segundo le cortó una oreja.
Ahora, con la madurez que da el contar con una experiencia de más de ocho años como matador de toros y una constante actividad en los ruedos nacionales y del extranjero, Garibay se presenta en Torreón, donde habrá de demostrar sus cartas de torero y sus dones con el capote y la espada, que le habrán de redituar el reconocimiento desde los tendidos.