Alejandro Vela (Izq.) lamenta el penal fallado, mientras Hernán Cristante sale disparado a festejar el título con sus compañeros. (Jam Media)
Lo importante para el técnico de Toluca es que se logra el noveno título para el club.
“Y al final de cuentas aunque haya sido por penales es un título y ese nadie nos lo quita”, de esa forma sintetizó José Manuel de la Torre lo difícil que le resultó conducir a Toluca a la coronación del futbol mexicano.
Diablos Rojos llegó al encuentro de la final con ventaja de 2-0, pero Cruz Azul le empató en los 90 minutos, en los tiempos extra no se hicieron daño y fue en muerte súbita de la tanda de penales, en la que el arquero argentino Hernán Cristante paró el disparo de Alejandro Vela, que se hicieron con el título.
Así se cinceló la novena corona para el conjunto escarlata y el “Chepo”, como es conocido el técnico, terminó exhausto, pues los estragos del cansancio psicológico y físico todavía los exhibió en la conferencia de prensa.
Manifestó su respeto hacia Cruz Azul al decir que se mostró como un gran equipo y supo en los momentos oportunos marcar goles para la igualada, lo cual pegó duro en su momento, pero Diablos Rojos puso el carácter para sobreponerse a las circunstancias. Por eso, dijo, fue un encuentro muy desgastante y nada sencillo, porque después de que la Máquina se quedó con 10 hombres por la lesión de César Villaluz, Diablos Rojos intentó hacer el gol del gane, pero obviamente ya no tenían la misma condición física.
Rechazó que el encontronazo de Villaluz con José Manuel Cruzalta haya sido penal, al calificar la acción como un choque. “Acabo de ver el video y ellos van viendo la pelota”, justificó.
Lógicamente no hubo críticas para la labor del árbitro Roberto García Orozco. “No tengo qué decir, sólo felicitar al arbitraje mexicano porque es uno de los mejores del mundo, hay que dejarlos trabajar y que se preparen”.
Respecto de la atajada de Hernán Cristante, expresó que esa es su labor, “su trabajo es detener el disparo del contrario y lo logró, fue una confrontación directa y él hizo su trabajo”.
Luego del empate 2-2 al concluir los tiempos extras, dijo que habló con sus jugadores y fueron ellos los que se pusieron en la lista, incluso hasta en el orden de tirar los penales, porque son ellos los que deben tener confianza y uno debe creer en ellos.
Obviamente dio todos los créditos en la coronación al trabajo de conjunto al decir: “Uno no gana solo, aquí es una labor de grupo y todos tenemos que dar lo máximo, como sucedió para ganar el título”.
De esa forma, no quiso darse un alto porcentaje del crédito por la coronación y dijo que le da gusto hacerlo, en lo individual, otra vez en la cancha del Nemesio Díez, ya que su primer título lo obtuvo al dirigir a Guadalajara y vencer a Diablos Rojos.
Del hecho de sumar su segunda corona en su corta carrera en México, dijo que el mayor reconocimiento es el que recibe de sus jugadores y el grito y vítores que recibió de parte del público y se engalló al decir que no necesita el aval de otros.
Finalmente, señaló que haber estado dos entrenadores mexicanos en la final es una muestra más de que los estrategas mexicanos son capaces para dirigir y alcanzar la victoria.
Se motivó Cristante en los penales gracias a su hija
Al momento de tratar de atajar los penales en la final ante Cruz Azul, el arquero argentino Hernán Cristante, del Toluca, tuvo bien en mente las palabras de su hija Agustina: "Papá, no dejes de mirar la pelota y agárrala".
Y Cristante no agarró una pelota pero sí la desvió y con ello frenó el tiro a gol que desde los once pasos había ejecutado Alejandro Vela y de esta forma el guardameta le dio al club escarlata la novena corona en el futbol mexicano.
Pero Hernán no se siente ni se cree el héroe de la película, sino más bien un integrante más en el plantel que sólo hizo lo que tenía que hacer, aunque admitió que no tuvo ayer un gran partido en la final del Torneo Apertura 2008 del futbol mexicano.
"Hoy colaboramos todos, nos llevamos un título merecido, sufrido ante un gran rival que tuvimos enfrente", manifestó.
Aceptó que por momentos las piernas flaquearon y la voluntad estuvo en descenso, pero en general el equipo se recuperó y salió con todo en el mayor tiempo del encuentro.
El guardameta argentino comentó que al momento de parar el penal sólo quiso abrazar a sus compañeros y a sus nenas, de quienes recibió muchos abrazos poco antes de iniciar el encuentro de vuelta de la final, celebrado en el Estadio Nemesio Díez.
A Hernán Cristante no se le olvidan las palabras que le pronunció Agustina y cree que eso lo impulsó para tener el desempeño que le dio la victoria a su equipo.