The Queen’s Club es testigo del primer título en césped conseguido por el español Rafael Nadal venciendo al serbio Novak Djokovic por parciales de 7-6 y 7-5 y a pesar de tener los dedos de la mano izquierda ampollados. El zurdo es el primer jugador en obtener el título de Roland Garros y The Artois Championships desde que esta última competencia se iniciara allá por 1979.
Siendo lo peculiar de estos triunfos que el torneo de Londres es jugado inmediatamente después del de París, es decir, sin descanso y ambos en superficies diferentes; el primero en arcilla y el segundo en pasto. Nadal también rompe con una sequía de 26 años para tenistas españoles ganadores en césped, ya que Andrés Gimeno fue el último levantando el trofeo en Eastbourne en 1972.
El Manacorí da un paso que lo coloca más cerca al logro que el mismo ha declarado es una de sus metas en su carrera tenística: conseguir ser campeón en la catedral del tenis: Wimbledon, también jugado en pasto.
Rafa ha sido ya dos veces finalista en el tercer Grand Slam de la temporada los dos últimos años y en las dos ocasiones fue abatido por el suizo Roger Federer en el séptimo partido.
Nadal principalmente, así como su equipo, realizaron eficientemente el cambio de tierra batida a césped. No me refiero a estrategia o técnica sino a la transformación mental para primero saber asimilar un cuarto grand slam así como todo lo que esto conlleva y segundo estar listo para jugar en otro torneo en una superficie diferente en un lapso de tres días.
