Una niña de cinco años contrajo matrimonio con un joven de 16 en una ceremonia gitana en la localidad rumana de Ramnicelu.
Marghioala Crenguta Dinu, vestida de blanco, con el pelo teñido de rubio y rizado, se convirtió en la esposa de Ion Dumitrache, un joven de 16 años y seis meses, hijo de un acaudalado líder de la comunidad romaní local.
A la fiesta gitana asistieron más de 200 invitados, a pesar de las denuncias del alcalde de que en su localidad se preparaba una boda entre menores y de la presencia de la policía.
Según varias emisoras de televisión, los padres de los menores aseguraron a las autoridades que se trataba sólo de "un acuerdo para un noviazgo", que el joven "no tocará a la niña" y que ésta "se quedaría en el hogar familiar hasta la edad de 12 años".
"Deseo que mi hija esté asegurada. El muchacho es de muy buena familia y no quiero que más tarde venga alguien a pedírmela, porque ella está ya prometida", dijo a la emisora N24 Daniel Dinu, padre de la novia.
En los últimos años, los gitanos recurren cada vez más a subterfugios para engañar a las autoridades, que no permiten los casamientos entre menores y suelen presentar las bodas tradicionales como unos acuerdos previos para noviazgos.
Rumania endureció las leyes sobre este aspecto a partir de 2003, cuando dio vuelta al mundo la boda de la "princesa" gitana Ana María Cioaba, de 12 años, hija del auto-titulado "rey", Florin Cioaba.
La eurodiputada Emma Nicholson denunció "un abuso y una violación de una menor", después de que la prensa relatara que la niña quiso huir durante la ceremonia, pero tuvo que plegarse a las costumbres.