Muchos torreonenses se enteraron recientemente que su ciudad había aparecido como noticia mundial en una sección de asuntos y eventos curiosos de la agencia Reuters, la más antigua de su tipo en el mundo. Efectivamente, en la sección “Oddly enough” de la página que tiene Reuters en Internet, se informaba que en el nuevo reglamento de vialidad de Torreón estaba prohibido afeitarse y maquillarse mientras se conduce (¿?) un vehículo de motor. A los británicos les cayó de cura que se pusieran por escrito esas prohibiciones… tan obvias. ¿Por qué no prohibir también el manejar con un chimpancé arriba de la cabeza? Una nueva brecha civilizatoria: lo que aquí parece necesario, allá lo ven como una excentricidad.
Pues bien, en la misma sección de Oddly Enough acaba de aparecer otra noticia que para ellos resulta bizarra. Y es el hecho de que el diputado panista de la Asamblea Legislativa del DF, José Antonio Zepeda, pretende iniciar la discusión de una ley que obligue a aquel novio o novia que se eche para atrás a la hora de los trancazos, a pagar por los gastos ya incurridos por el abandonado en la preparación de la boda. Esto es, que si uno se arrepiente de dar tan trascendental paso, y la novia ya había dado el anticipo para el vestido, pues habrá que reembolsárselo. De lo perdido, lo que aparezca, parece ser el lema.
La nota de Reuters enfatiza lo disparatadas que son las bodas en este país. Hace notar que una ceremonia de ese tipo en México puede incluir medio millar de invitados (y eso, sin contar los colados) y las distintas tradiciones de velo, ramo, flores, damas, música en vivo y misa en una iglesia de moda suelen salir en un ojo de la cara. Lo cual contrasta con lo moderadas que suelen ser ceremonias matrimoniales en los países anglosajones… si es que se casan, ocurrencia cada vez más esporádica.
El diputado Zepeda dice que su intención es que los rajones no salgan impunes luego de haber hecho que su pretendida media naranja gastara hasta lo que no tenía. Y sí, también que de esa manera se la piensen dos veces antes de andar dejando gente plantada, si no en el altar, sí con las invitaciones ya repartidas. Puede hallársele su lado moral al asunto.
Otra iniciativa del afanoso diputado Zepeda sería formalizar en la Ley lo que se da en llamar acuerdo prematrimonial, algo muy común en Estados Unidos y varios países europeos. Esto es, que antes de que pase lo mejor, hay que anticipar lo peor. Y así, quienes se van a casar antes de hacerlo disponen qué pasará si la relación truena. Quién se queda con el perro, quién con la casa, cosas así. De manera tal que, de darse la separación, los trámites de divorcio serán menos enconosos, tardados y caros.
Ciertamente, nuestras leyes suelen andar muy atrasadas con respecto a otras muchas en el mundo. Y un ámbito particularmente desatendido tiene que ver con lo familiar. A ver si le hacen caso al diputado Zepeda… así sea para que los abandonados puedan acceder a una venganza… digamos… más dulce.