Con maquinaria pesada tratan de derrumbar lo que queda del Distribuidor Vial Revolución.
Ayer a las 8:26 horas, en milésimas de segundo, el viaducto 30 (Matamoros-Mieleras) fue volado totalmente y reducido a escombro, pero no así el 80 (Revolución-Periférico y el más alto), pues una parte resistió el uso de explosivos y seis de las gruesas columnas reforzadas con acero y concreto quedaron en pie.
Ante la mirada atónita de autoridades estatales y municipales, cuerpos de seguridad y ciudadanos espectadores que habían aplaudido la explosión, al disiparse la polvareda provocada por la caída del concreto, una silueta empezó a dibujarse: en el lado poniente asomó la parte alta del eje 80, precisamente en el área de la curva y cargado más hacia el Periférico.
Y aunque fracturadas y con los gruesos cables de acero visibles que muestran el reforzamiento a cuatro metros que se hizo para ensancharlas durante una de las reparaciones realizadas en 2005 con el fin de obtener el peralte de los viaductos, las columnas aguantaron, los explosivos no pudieron derribarlas, aunque quedaron en riesgo de colapso.
Los representantes de la empresa Demoliciones y Voladuras aseguraron que “son columnas, adentro de otras columnas y los 180 kilos de explosivos utilizados para esta demolición no fueron insuficientes, eran los necesarios, porque una cantidad mayor podría causar daños en inmuebles cercanos, lo mismo a industrias que a viviendas”.
Descartaron de momento el uso de explosivos para terminar el derribamiento. Ante el desconcierto de los asistentes y luego de realizar una supervisión de cargas y una evaluación estructural del viaducto 80, Mario Colunga informó que “no falló la demolición, se trató de una variable”.
Eduardo Olmos Castro, secretario de Desarrollo Regional, declaró que la caída parcial del viaducto 80 no puede atribuirse a errores de cálculo y asegura que fue un trabajo exitoso, si se tasa en función de que no hubo afectaciones a personas en cuanto a su integridad física o daños importantes a inmuebles.
“Había que ser mesurados y cuidadosos con el uso de los explosivos. Si no hubiera estructuras a los lados y líneas de servicio, seguramente se podría haber hecho más. Pero para nosotros lo más importante es que esta demolición controlada, arrojó un saldo bueno y ya lo único que nos preocupa es reducir el tiempo de molestias para los conductores y comerciantes de los alrededores”.
Mario Colunga aseguró que la posibilidad de que no se cayera por completo la estructura, estaba prevista y explicó: “La estructura está muy dañada, el concreto está demolido, el acero está acinturado con otro acero y está haciendo un efecto de jaulita, tenemos que provocar vibración o comerlo con las máquinas... las columnas están cien por ciento fragmentadas. Vamos a usar máquinas, los martillos, las pinzas, no creo que sea necesario usar otra vez explosivo”.
Por lo pronto, empezaron a debilitar la estructura con métodos mecánicos y reconocieron la posibilidad de una caída súbita de partes del viaducto. Procedieron a acelerar la presión a la estructura mediante la aplicación de vibraciones con maquinaria para carcomerlo.
La versión de Gerardo Berlanga, subsecretario de Obras Públicas, fue que se juega con dos cosas, explicó: “Preferimos la seguridad y por eso se usó una carga de explosivos conservadora. Era un riesgo utilizar explosivos de más, debido a la cercanía de casas, negocios e industrias. Creo que fue un éxito porque cuidamos principalmente la seguridad de la gente. Pero las columnas están tan débiles que un pequeño jalón las va a tirar”.
Berlanga también dijo que lo más seguro era que el trabajo se continuara con métodos mecánicos, aunque hasta el cierre de esta edición la empresa analizaba alternativas.
Según él “nos hubiera gustado que las columnas del eje 80 cayeran igual que el 30, pero quedaron seis en pie, aunque sumamente dañadas”.
La voladura de los dos últimos viaductos del DVR estaba programada para las 7:30 horas pero comenzó casi una hora más tarde. A las 8.26 horas, luego de la activación del Código Rojo y el ruido de sirenas en dos ocasiones Las causas de la demora fueron: la presencia de varios camiones de carga dejados en exhibición en una empresa camionera, así como el reforzamiento de una “cama de llantas” que se aplicó a las redes de gas natural, para evitar daños, según la empresa.
La evaluación que proporcionó Protección Civil Municipal respecto a la demolición, es que no hubo afectaciones visibles a estructuras de las casas y que las 45 familias de la colonia Gustavo Díaz Ordaz regresaron en la tarde a sus viviendas. Sólo reportó una fuga de agua en una línea de Simas, según Nelson Lozada Ramírez.
En los trabajos de demolición participaron: Personal de la Secretaría de la Defensa Nacional, Protección Civil del Estado, Protección Civil Municipal, Cruz Roja, Bomberos, Policía Estatal, Policía Municipal, Vialidad Municipal y voluntarios de la Facultad de Ingeniería Civil, así como miembros de la Academia de Policía.
Ayer fueron detonados 180 kilos de explosivos para tirar lo que resta del DVR. En la imagen superior izquierda se observa el momento preciso en el que estallan las columnas del eje 30 (Matamoros-Mieleras). En la foto de a lado, se aprecia el desplome del viaducto. En la imagen inferior se ve en primer plano el eje 30 completamente destruido y al fondo una parte del eje 80 (Revolución-Periférico) aún en pie. (Fotografías de Sergio Reyes)