El puente -pionero en conectar la isla de Manhattan con el vecino barrio de Brooklyn- es mundialmente conocido por sus cables de acero entrelazados, pues fue el primero que se construyó con esta técnica. (AP)
El puente de Brooklyn, uno de los principales símbolos de Nueva York, celebra desde ayer y en plena forma su 125 cumpleaños, con una serie de actividades, pastel gigante incluido, que durarán cinco días y en las que participarán miles de personas.
El puente -pionero en conectar la isla de Manhattan con el vecino barrio de Brooklyn- es mundialmente conocido por sus cables de acero entrelazados, pues fue el primero que se construyó con esta técnica, que ahora resulta todo un derroche de ese preciado material, pero que le dio una resistencia inusitada para la época.
La característica estructura colgante del puente y sus arcos neogóticos aparecen en todo tipo de películas y en las que a menudo es destruido por monstruos o tsunamis.
Pese a todo ese imaginario apocalíptico, el robusto puente sigue en pie soportando el tránsito de miles de personas cada día y para celebrar su 125 cumpleaños la ciudad de Nueva York ha preparado una serie de festejos que comenzaron ayer con fuegos artificiales, conciertos y una iluminación especial de su cableado.
Construido entre 1870 y 1883 y con sus más de mil 800 metros de longitud, el fotogénico puente fue diseñado por el ingeniero de origen alemán John Augustus Roebling, quien murió por el tétanos tras serle amputado un pie a causa de un accidente que ocurrió en el embarcadero durante las obras.
Entonces, su hijo Washington Roebling tomó las riendas, aunque tuvo un problema de descompresión, mientras trabajaba en los pozos de cimentación bajo las aguas del East River, que le impidió mantenerse a pie de obra.
Fue su mujer, Emily Warren Roebling, quien se encargó durante años de transmitir las órdenes de su marido a los obreros.
En los trece años que duró la construcción murió más una veintena de personas y se invirtieron más de 15 millones de dólares, pero 125 años después sigue permitiendo el paso de miles de peatones, bicis y coches cada día.