La titular de la SEP, Josefina Vázquez Mota, celebró el regreso a las aulas de los libros de civismo y ética después de 25 años, que ayudarán a niños y jóvenes a conocer lo que es el respeto, la inclusión y la tolerancia.
Indicó que la construcción de la ciudadanía es indispensable y con civismo y ética en las escuelas, nuevamente se enseñará a millones de niños mexicanos que pensar y ser diferentes no es un problema, sino la riqueza de una nación.
Durante la entrega de más de siete millones de pesos al Instituto Mexicano de la Juventud, la funcionaria destacó que con esas asignaturas se podrá enseñar que a través del diálogo y la cultura de la paz se pueden resolver diferencias.
Ante representantes de 217 organizaciones juveniles acreedoras a dicho apoyo, dijo que en México aún hay una agenda de justicia pendiente; sin embargo, hay que apoyar a las personas que salen de las cárceles a reintegrarse a la sociedad que no siempre está dispuesta a la comprensión y al perdón.
Por otra parte, reiteró que uno de los retos es la necesidad de una agenda de sexualidad, de ahí el compromiso del gobierno federal en la Conferencia Internacional sobre el Sida de plantear la cobertura de una educación de manera integral en la sexualidad.
Ello, resaltó, desde temprana edad a través de una agenda de sexualidad en la que destaque la prevención, aprovechando la gran red de difusión que representan las aulas, mediante los alumnos y los padres de familia.
"El VIH es una enfermedad incurable que se debe prevenir, y las aulas, junto con las familias se convierten en las redes más poderosas de alerta y prevención para evitarla", indicó.
Aclaró que la SEP siempre verá con respeto y ánimo cualquier iniciativa a favor de prevenir enfermedades de transmisión sexual y de educar en el terreno de una sexualidad mucha más integral que reconozca las cualidades de los jóvenes y los niños de México.
A su vez, la presidenta del Instituto Mexicano de la Juventud, Priscila Vera Hernández, lamentó que los jóvenes no sean tomados en cuenta por considerar que no tienen experiencia o por la falta de confianza de los adultos.
No obstante, puntualizó, tienen el derecho a ser involucrados y que se oiga su voz en las decisiones que los afectarán porque la participación es un derecho fundamental para todas las personas sin importar su edad.
