Celtics de Boston y Lakers de Los Ángeles disputarán esta noche el quinto partido de la serie final de la NBA que lidera Boston 3-1 y que podría quedarse con el título si resulta vencedor. (AP)
Boston necesita un solo triunfo ante Lakers para erigirse campeón de la NBA.
Una victoria es todo lo que necesitan los Celtics de Boston para conseguir su título 17 de la NBA, algo que parece sencillo después del increíble regreso que tuvieron el jueves pasado cuando remontaron un déficit de 24 puntos para vencer a los Lakers de Los Ángeles.
El ánimo y la motivación de los pupilos del coach Doc Rivers está en lo más alto. Parecían sentenciados a sufrir su segunda derrota, que hubiera igualado a dos triunfos por bando la serie final, pero no fue así, lograron una hazaña sin precedentes y ahora están a un juego del campeonato.
Nada ni nadie parece detener este destino, juegan hoy domingo en el Staples Center, pero eso no importa, ya demostraron que le pueden ganar como sea a los Lakers, y si eso no es suficiente les restan dos juegos más, pero en la comodidad de su casa.
Jugando como lo han hecho toda la temporada, los Celtics tienen el título prácticamente en una mano. La defensa ha sido la clave, han mostrado una intensidad impresionante, roban balones, bloquean disparos, ganan los rebotes, pero lo más importante es la forma en que han roto el ritmo de los californianos.
Nunca han permitido que Bryant y compañía encuentren el ritmo que los llevó a conquistar el campeonato de la Conferencia del Oeste, se han visto mal ante la feroz defensa de Boston, que todo el tiempo ha jugado igual.
En la historia de la NBA ningún equipo se ha levantado en una serie final con una desventaja de 3-1 y difícilmente los Lakers podrían gestar una epopeya de tal magnitud, no porque carezcan de calidad para hacerlo, sino porque enfrente tienen un equipo anímicamente superior.
Boston se sabe campeón desde el primer juego de la serie, lo demostraron desde el primer segundo, así jugaron y no han cambiado su estilo de juego en ningún momento, incluso cuando Paul Pierce, una de sus figuras, sufrió una lesión en la rodilla que parecía dejarlo fuera de acción.
El equipo no se desmoronó, al contrario, se fortaleció, y por el contrario, Los Ángeles difícilmente podrán recuperarse del golpe que significó haber perdido un juego que tenían en la bolsa, y menos cuando el partido que terminaron por perder significaba el 2-2.
La obtención del décimo anillo de campeón se le niega al coach Phill Jackson, quien buscaba superar al legendario Red Auerbach, con quien comparte el liderato como los máximos ganadores de títulos en la NBA, y en estos momentos se ve difícil que pueda superarlo.
Este domingo podríamos ser testigos de la obtención del campeonato número 17 de los Celtics de Boston, quienes de alguna forma se cobran venganza de aquella última vez que se enfrentaron a los Lakers en la final, donde fueron victimados por el “Magic” Johnson en la temporada 1986-1987.
El dulce sabor de la victoria es percibido por Boston, es cuestión de tiempo, y en caso de no conseguirlo hoy domingo, seguramente en el TD Banknorth, el festejo de su noveno triunfo sobre sus acérrimos rivales en una final será fastuoso e inolvidable.
