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Centenario del evento de la Tunguska

EL COMENTARIO DE HOY

Francisco Amparán

La semana pasada se cumplieron cien años de uno de los fenómenos naturales más extraños del siglo XX… que hasta la fecha sigue sin tener una explicación satisfactoria. Y que para quienes gustan de los misterios sin resolver, las historias fantásticas y creen en la posibilidad de que los extraterrestres se tomen la molestia de venir a vernos, representa una de las comidillas recurrentes a la hora de enlistar los sucesos bizarros más importantes de la historia reciente.

Hace un siglo se produjo una enorme explosión en la región de la Tunguska, en Siberia central. Se calcula que la energía liberada fue del orden de entre 10 y 15 megatones: en comparación, la bomba de Hiroshima fue un vil petardo. Dado que ocurrió en uno de los territorios menos densamente poblados del planeta, no hubo víctimas humanas. Si se hubiera producido cerca de una zona urbana, habría sido una catástrofe. De la forma en que ocurrió, millones de árboles fueron derribados en una superficie de miles de kilómetros cuadrados, siguiendo el patrón de una onda de choque. Hubo ventanas quebradas, gente derribada mientras caminaba, a cientos de kilómetros de distancia. La explosión dejó una luminosidad remanente que permitía leer el periódico en plena noche.

Dado que hablamos de la Rusia de principios del siglo XX, y los únicos afectados por el evento fueron pueblos nómadas pastores de renos, el investigar lo ocurrido no fue ninguna prioridad. De hecho, la primera expedición científica en llegar al lugar de los hechos no lo hizo sino casi veinte años después.

La cual, lo mismo que muchas otras posteriores, se encontró con una sorpresa: no había evidencias de qué rayos había producido la explosión. Se pensó en lo más lógico: un aerolito o cometa había estallado en las capas altas de la atmósfera, o de plano chocado con el duro suelo siberiano. Pero no se han hallado rastros de ningún meteoro. Y vaya que le han buscado…

Por ello, sobre el fenómeno de la Tunguska se han sugerido todo tipo de explicaciones, algunas bastante descabelladas. Por supuesto, los ufólogos hablan de un accidente a una nave extraterrestre: al OVNI se le patinó el Béndix y el reactor nuclear estalló como olla Presto de recién casada. Otros más serios hablan del encuentro de la Tierra con un pedazo de antimateria. Sigue habiendo necios que insisten en el choque de un pequeño cometa de hielo y polvo, que se desintegró sin dejar rastros luego del catorrazo. Las teorías sobre el evento de la Tunguska son una especie de catálogo de las obsesiones de los amantes de lo extraordinario del siglo XX… y del XXI.

El caso es que seguimos sin saber qué ocurrió en aquella remota región de Siberia hace un siglo. Y como sucede con los misterios añejos, se vuelve más interesante con el tiempo. ¿Qué pasó en la Tunguska? ¿Quién fue Jack el Destripador?

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