Chueca, el barrio gay de Madrid
Desde hace unos años es una de las zonas más populares de la capital de España, gracias a la llegada de la comunidad homosexual.
En los años 80 el barrio de Chueca era uno de los más decadentes de Madrid. Ubicado a un lado de la mítica Gran Vía, la suciedad de sus calles, la prostitución y la inseguridad hacían que fuera poco frecuentado por turistas y madrileños. Sin embargo, desde hace unos años es una de las zonas más punteras de la capital de España, gracias al desembarco de la comunidad homosexual. Llamado el Soho madrileño, Chueca es hoy un barrio genuino y cosmopolita con una vida muy activa tanto durante el día como por la noche.
Situado entre las calles Gran Vía, Fuencarral y el Paseo de Recoletos, los negocios de toda la vida han dejado paso a librerías como Berkana donde se puede encontrar todo tipo de literatura gay; sex shops, saunas, modernos restaurantes, cafés de moda, pequeños hoteles con encanto, originales tiendas de decoración, audaces peluquerías como “Juan, por Dios”, galerías de arte y locales de tatuajes y piercings. Y por supuesto tiendas divertidas como Chueca Center, donde se puede encontrar desde llaveros a playeras estampadas con la bandera gay.
El centro del barrio es la pequeña plaza de Chueca, dedicada al compositor de zarzuelas Federico Chueca, en la que está la estación del Metro Chueca. Pero también hay otras dos plazas mayores, la Plaza del Rey y la Plaza Vázquez de Mella donde los viernes y sábados por la noche es casi imposible dar un paso sin tropezarse con un grupo de jóvenes haciendo “botellón”.
MODERNIDAD
Alrededor de todas ellas hay pequeñas calles con restaurantes modernos donde los fines de semana es necesario reservar si se quiere comer o cenar. El Armario fue el primero en abrir en 1996 destinado a un público homosexual. Le siguieron El Diurno, un café en el que mientras desayunas puedes alquilar un DVD, apuntarte a un curso de cine o llevarte la cena a casa; Café Mamá Inés, que destaca por sus cafés internacionales y sus tartas caseras; Areia Colonial Chill Out, muy frecuentado porque además de evocar el ambiente colonial al estilo chill out está abierto hasta las 4 de la madrugada; o la famosa Bardemcilla, propiedad de la familia Bardem, en el que por todas partes hay fotografías del actor Javier Bardem y de su madre Pilar, así como del resto de la familia. De los veteranos quedan pocos. Isidro, con sus exquisitos callos a la madrileña y hasta hace unos meses la famosa Carmencita, uno de los favoritos del poeta Federico García Lorca, que ha decidido mudarse a las afueras de Madrid.
Priscilla, Why not? y Black and White son algunos de los más famosos bares gay del barrio aunque no los únicos. El Black and White fue uno de los primeros en abrir. Se inauguró en 1982 en la llamada “movida madrileña”, y por sus pistas han pasado la mayoría de los transformistas, stripepers y drag queens españoles más famosos. Tiene dos pisos, y mientras arriba se puede tomar una copa con tranquilidad, abajo, conocida como Rainbow, se puede bailar al son de la mejor música.
PARA TODOS
También las lesbianas tienen bares para ellas en Chueca. Escape es uno de ellos aunque cada vez es más habitual encontrar también hombres e incluso heterosexuales. La música es muy variada, desde el dance hasta música más española y abre de jueves a sábado a partir de las 12 de la noche.
Pero además de comer en los lugares más de moda y bailar en algunos de los bares más famosos del barrio, también hay que visitar Chueca si se quiere vestir a la última. Para ello es imprescindible acudir al mercado de Fuencarral, templo de la moda alternativa y accesorios ultramodernos, que no es barato, pero la ropa si es original y variada.
Y la calle de las zapaterías: Augusto Figueroa, donde se pueden encontrar los zapatos más vanguardistas, especialmente en las zapaterías que han abierto las actrices Paz Vega (Max Addict) y Penélope Cruz, como también modelos de marcas como Farrutx de temporadas pasadas a buenos precios.
Además de un barrio bonito y cuidado, Chueca es también un barrio donde se respira libertad. Allí nadie mira a nadie. Allí ni peinados, ni vestimentas, ni conductas sorprenden ni molestan a nadie. Y allí todos son bienvenidos: tanto los homosexuales como los heterosexuales.
Discrepan iglesias sobre homosexualidad
La Diócesis de Quincy, en el estado de Illinois (EU), anunció ayer su escisión de la Iglesia Episcopal Nacional tras una larga controversia sobre la Biblia y sus discrepancias sobre los homosexuales y otros asuntos.
Esta es la tercera Diócesis que se separa de la matriz eclesiástica estadounidense en lo que va de año. Le han precedido la Diócesis de San Joaquín, con sede en Fresno, (California) y la de Pittsburgh.
El próximo fin de semana, la Diócesis de Fort Worth, en el estado de Texas, también someterá a votación si seguir vinculada a la Iglesia Episcopal Nacional o seguir el ejemplo de las otras tres Diócesis.
La disputa por la ordenación de homosexuales ha dividido la confesión anglicana desde 2003, cuando la Iglesia Episcopal ordenó a su primer obispo gay, Gene Robinson.
La Iglesia también tuvo que afrontar otra gran controversia cuando designó a Barbara Harris como la primera mujer obispo, en 1989.
Las tres diócesis que han anunciado su ruptura son más afines a las ideas que promueve la Provincia Anglicana del Cono Sur, con sede en Argentina.
Según el diario The New York Times, la Iglesia Anglicana tiene 77 millones fieles en EU, incluyendo los miembros de la Iglesia Episcopal estadounidense, cuyas raíces se asientan en la obra misionera de la Iglesia de Inglaterra.
