Fernando Andrade es nieto de Juan Andrade Chávez, fundador de El Tecolote, un negocio de vinos de la ciudad de Durango que en el 2010 cumple 100 años de existencia.
El Siglo de Durango
Han transcurrido cerca de 100 años desde que la familia Andrade comenzó el giro comercial de los vinos y licores en la ciudad de Durango. Sin embargo, del año 1910 a nuestros tiempos casi no ha cambiado nada en la capital: Siguen vivos igual que antes los estigmas del tema de la venta de estos productos.
La vinatería de calle Patoni esquina con Aquiles Serdán fue fundada por don Juan Andrade Chávez, el mismo año en el que estalló la Revolución Mexicana en todo el país. Pero ha pasado el tiempo: La actual es la tercera generación de los Andrade al frente del lugar.
Fernando Andrade Cancino, escritor, promotor de la cultura y encargado del establecimiento en la actualidad, lamenta que el tema de los vinos y licores se “satanice”, que esté lleno de restricciones, de tabúes, de complejos sociales y miedos políticos.
¿Cómo se vincula usted con el giro comercial de la venta de vinos y licores?
“Mi negocio está desde 1910, cuando se traían las barricas de vinos tintos y los teníamos que envasar, bueno mi abuelo, don Juan Andrade Chávez, el fundador”.
“Son ya cerca de 100 años de estar dando un servicio de vinos, de vinos de mesa, vinos finos, pues digo, el vino de mesa en Europa es muy consumido porque a la hora de la comida no se toma agua, se toma vino porque es muy saludable”.
¿Y qué opina de un nuevo proceso de reformas reglamentarias que busca el Municipio para este giro de los vinos?
“Bueno, mira, se ha satanizado mucho a los expendedores de vinos y licores en todas sus modalidades. Actualmente, sobre todo con los antros, donde van los jóvenes, pero también a expendios, minisúper, supermercados, etcétera.
“Ha habido muchas restricciones, como por ejemplo el hecho de que sigamos con la restricción de horarios los domingos a partir de las 5:00 de la tarde y entre semana hasta las 11:00 de la noche. En fin”.
“Es decir, hay una cuestión que se maneja creo yo que con mucha perversión los que prohíben cosas, pues por comparar, se sabe que los cárteles de la droga son los primeros que se oponen a la legalización de las drogas, pues lo prohibido llama más la atención, se vende más caro y no paga impuestos.
“Entonces, en la medida que haya más prohibiciones va a haber mayor demanda, así que por ahí no va la cosa, como pasó con la Ley Seca en Chicago, en los Estados Unidos”.
¿El ejemplo aplica con la venta clandestina de alcohol en esta ciudad? ¿A eso se refiere?
“Sí, por supuesto. ¿Y quién protege a los clandestinos (en Durango)? Pues hay cuando menos uno o dos ex diputados que están protegiendo negocios como El Tommys (ubicado en Zarco e Isauro Venzor), que lo cierran y lo vuelven a abrir, en fin, son los ganones, los que reciben un moche, es decir, gente que está metida en la política”.
Las autoridades hablan del riesgo de combinar el alcohol y el conducir un auto...
“Publicamos aquí mismo en el ICED (donde trabaja Andrade Cancino) un libro que se llama Muerte Adolescente, escrito por un psicólogo duranguense que se llama José Luis Bujdud, donde explica con mucha claridad de casos muy sonados de jóvenes de Durango que perdieron la vida en accidentes viales.
“Esto sucede con mucha frecuencia. Por ejemplo en Chihuahua existe la modalidad de los llamados ‘drive in’, donde llega la gente en autos a tomar cervezas tipo caguamas o ballenas, y salen y se estrellan. Es un problema, sin duda es un problema social”.
¿Y quién debe resolverlo?
“Es un problema donde los culpables no son los que tienen un pequeño o un gran comercio dedicado a la venta de vinos y licores, pues en esto hay muchos responsables, entre ellos los propios padres, los jóvenes, las autoridades de Tránsito, etcétera.
“Vemos campañas inconsistentes, como la del alcoholímetro, que duran unos fines de semana y luego desaparecen; además faltan campañas preventivas y difusión de este tipo de literatura como el libro Muerte Adolescente, que aquí se publicó (en el ICED).
“Yo pienso que debe existir corresponsabilidad de todos, pero aquí tenemos un problema también, pues si no se presentan alternativas de esparcimiento para los jóvenes, ellos, quienes desde los 13 años tienen una mentalidad que antes la tenían los de 18 años, buscarán sin duda sus propias alternativas”.
¿Usted qué sugerencias haría?
“Yo he visto que no hay ni siquiera intentos de modificar la minoría de edad, pues pienso que podría ajustarse para que desde los 16 años sea la mayoría de edad, como en algunos estados de la Unión Americana. Y otra cosa: Por qué no se han generado lugares, discotecas, espacios para los jóvencitos de 12 a 17 años.
“A esa edad ya quieren noviar, ya quieren andar aquí y allá, y entonces tienen que recurrir a falsificar sus credenciales, sus identificaciones, pues no tienen opciones de entretenimiento, no tienen a dónde ir, así que si se les bloquea ellos buscan sus alternativas.
“Lo que sin duda se requiere es que este tema lo discutan y den propuestas de solución los especialistas, donde lo importante es que no se satanice al comercio de vinos y licores, sino que se busquen salidas en base a la realidad que hoy vivimos”.
