Protestan contra apertura a los aranceles de maíz, frijol, azúcar de caña y leche en polvo.
Decenas de campesinos formaron ayer un “muro humano” en un puente en la frontera de México con Estados Unidos para protestar contra la apertura total del comercio agrícola, establecida en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).
El acuerdo que firmaron México, Estados Unidos y Canadá, y que está en vigor desde el 1 de enero de 1994, decreta que a partir de ayer quedaron libres de aranceles el comercio de maíz, frijol, azúcar de caña y leche en polvo entre los miembros del TLCAN.
La protesta comenzó en el primer minuto de ayer en el puente Córdoba-Américas que une a Juárez (Chihuahua) y El Paso (Texas), dijo Víctor Quintana, asesor de la organización Frente Democrático Campesino (FDC).
Dos de los cuatro carriles por donde circulan los vehículos entre Estados Unidos y México fueron bloqueados por unos 200 campesinos, dijo Quintana, quien también es diputado izquierdista en el Congreso de Chihuahua.
Desde hace unos seis meses el FDC inició la campaña “Sin maíz no hay país, sin frijol tampoco” para denunciar que con la entrada del capítulo agrario del TLCAN los campesinos mexicanos van a ir a la quiebra, pues en 14 años no se produjeron los cambios necesarios para enfrentar este reto.
Quintana aseguró que representantes de al menos 50 organizaciones campesinas de los estados de Zacatecas, Durango, Sonora y Chihuahua, así como del Distrito Federal, se sumaron a este movimiento que busca proteger al campo mexicano.
Dijo que en la manifestación, que se realiza del lado mexicano, no se han presentado problemas con las autoridades de ambos países.
Aseguró que con esta manifestación no tratan de afectar a los automovilistas, por lo que sólo bloquean el acceso a las unidades que tratan de importar los granos, y los exhortan a que regresen a su país.
Al iniciar la protesta, que durará 36 horas, los activistas leyeron un documento titulado “Plan del Chamizal” en el que se hizo “un llamamiento a la nación para comenzar una nueva etapa de lucha para preservar la soberanía alimentaria y las conquistas sociales de los mexicanos y defender los recursos naturales”, dijo Quintana.
Las organizaciones sociales que se oponen al capítulo agrícola del TLCAN aseguran que los productores y consumidores mexicanos “enfrentarán graves riesgos” debido a que México “no tiene una reserva estratégica de granos y alimentos básicos”.
A esto, agregan que dos grandes empresas, una estadounidense y otra mexicana, “controlan la importación y exportación” de estos productos. Piden que se renegocie el TLCAN acogiéndose a las reglas de la organización Mundial del Comercio (OMC) para sustraer del tratado los productos considerados básicos y estratégicos.