Los Expedientes Ignorados X
En su libro sobre guionismo para televisión, el escritor Alex Epstein compara la afición al cine con los “one night stands”, es decir, acostones de una noche, sexo casual. Mientras, el gusto por una serie de televisión es un compromiso a largo plazo, un matrimonio. De acuerdo a este razonamiento, el cine es como un descocado libro de educación sexual del GDF, mientras la tele es un sacramento sancionado por la SEP.
Hay mucho de cierto en el símil de Epstein, que no tiene qué ver con conductas eróticas sino con nuestra relación con el medio masivo. Mientras una película apuesta toda la trama en sus dos horas de duración, una serie televisiva necesita enganchar a su público con información apenas suficiente, y tentarlo a que regrese la semana próxima por otra pequeña dosis de revelaciones.
Bien. Supongo que todos sabemos que hace seis años pasaba por televisión una serie llamada Los Expedientos Secretos X, y aunque reconozco la importancia y el impacto que en su momento tuvieron los Expedientes, nunca incorporé la serie a mi harem de aficiones (siendo la telefilia tan permisiva respecto a la poligamia).
Tengo una idea vaga de la atmósfera de la serie, de la relación entre sus protagonistas y del arco largo de la trama, que involucra habilidades paranormales, conspiraciones gubernamentales e invasiones alienígenas. Principalmente las dos últimas, creía yo.
Pues creía mal. Aunque muchos de los episodios se dedicaban a avanzar la historia principal (la de los aliens), otros fueron historias individuales y auto contenidas, que la producción y los fans llamaban cariñosamente relatos del “monstruo de la semana”. Y ahora, en su segunda incursión en la pantalla grande y tras una larga ausencia, lo que tenemos en pantalla es “el monstruo del sexenio”; un buen episodio de los Expedientes, según los fans, y una regular cinta de misterio con un muy ligero toque sobrenatural, según yo.
Aún juzgando desde el vacío contextual, reconozco un thriller decente cuando lo veo. LESX (abreviando): Quiero Creer, tiene una combinación agradable de intriga, mutilaciones y clarividencia (con una sorprendente y muy divertida vuelta de tuerca, que pondrá a girar cabezas), además del atractivo de sus dos protagonistas de pasado tortuoso y química innegable. Un buen pasatiempo para los no iniciados, y una obligación religiosa para los adictos.
La cinta me despertó curiosidad sobre la serie, y creo que amerita poner en la fila algunos DVDs de sus mejores temporadas, justo detrás de The Wire, Firefly, Battlestar Gallactica, (la nueva), Lost, y Mad Men, que no pude ver en su momento. O más atrás, si decido revisitar a Los Soprano, Six Feet Under, Big Love, The Office, Arrested Development, o 30 Rock, todas series con la que quiero formalizar, o bien, refrendar mi compromiso y fidelidad. Después de eso, y si queda tiempo, buscaré a los Expedientes Secretos X, aunque sea por una noche.
Mrivera @solucionesenvideo.com