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Cinecrítica

Max Rivera 2

Noches y balas insustanciales

Calificación: 2 estrellas y media de 5

Antes de comentarle un par de películas, permítame enmendar un error en mi colaboración anterior que me fue amablemente señalado. La semana pasada rebauticé la cinta con Jennifer López como Mentiras que Matan, cuando su título es Verdades que Matan. Créame que el error no se debió a una incapacidad mía para distinguir la verdad de la mentira, causada quizá por años de ir al cine y creerme lo que veo en la pantalla. No. Más bien fue porque al investigar y leer los reportes y artículos a modo del sexenio pasado, que daban por resuelto el caso, se afianzó en mí la convicción de que son las mentiras las que matan, mientras la verdad nos hace libres. Perdón.

Noches Púrpura y Se Busca son cintas que no podrían ser más diferentes. Sin embargo comparten una importante característica: ambas son ejercicios de estilo, adaptaciones al cine norteamericano, con mínimas alteraciones, de un sello personal bien reconocido en su Asia o Europa de origen. Ambas son primeras excursiones de sus directores en Hollywood, y aunque sus resultados financieros seguramente serán muy distintos (Se Busca ganará y Noches apenas recuperará), las dos representan una buena costumbre del cine norteamericano, que permite a sus talentos importados expresarse, antes de asimilarlos.

Noches Púrpura es obra del director Kar Wai Wong, originario de Hong Kong y admirado por sus puestas en escena lánguidas, románticas y melancólicas. De Wai Wong sólo había visto 2045, una fantasía retro-futurista de sensualidad sugerente, no gráfica. Estas características se conservan en Noches Púrpura, la historia de una chica despechada que recorre Estados Unidos conociendo gente emocionalmente más lastimada que ella misma. Mi bronca con los personajes de Wai Wong es que llevan su sufrimiento como un accesorio colgado, más que como una daga clavada. Se les ve miserables, pero no alcanzamos a distinguir claramente las causas de tanto dolor.

La cinematografía del director chino parecerá bella y novedosa para quien no haya visto videoclips de finales de los ochenta, con su movimiento entrecortado e imagen granulosa. Es un recurso que puede llegar a cansar, pero que contribuye al look tristón de la historia. Los tics visuales de Wai Wong pueden gustarle o no, aunque finalmente lo que rescata a la cinta son las actuaciones de sus estrellas en roles secundarios, rostros bellísimos y de confiable capacidad actoral que, con la libertad que el director suele dar a sus actores, levantan la interpretación de la cantante Norah Jones.

Noches Púrpuras parece de pronto un porno softcore de la cadena Showtime, pero sin las partes buenas. Es un road picture que, con sus bellas tomas de paisajes del medio oeste norteamericano, me recordó una película mucho mejor, donde un viejo montado en una podadora de césped busca a su hermano alejado, para sanar heridas de a de veras.

Creo que Noches Púrpuras apela más bien a sensibilidades femeninas, mientras que Se Busca, con sus acrobacias imposibles y balas con chanfle, es un baño de testosterona en compañía de Angelina Jolie. Ambas experiencias son puro ejercicio de forma, con mínima sustancia edificante. Pero si de ninguna voy a sacar provecho, prefiero la segunda.

mrivera@solucionesenvideo.com

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