El reino de las políticas económicas prohibidas
Calificación: 3 estrellas de 5
La semana pasada, por falta de espacio, no pude comentarle una característica interesante del musical Mamma Mia!: su muy visible falta de recursos típicos de las superproducciones musicales, como los ballets multitudinarios profesionales y los escenarios suntuosos... nos indica que bien podría ser la primera cinta preparada para los tiempos de recesión. Vamos, ni siquiera le invirtieron a música original. ¿Será que acaso Hollywood se empieza a apretar el cinturón, pese a que ni siquiera nosotros en México tendremos necesidad de hacerlo, según nos dicen?
Como otra pieza del rompecabezas económico, que busco forzar en el espantoso cuadro que se nos viene encima, llega la cinta El Reino Prohibido. Una coproducción de Estados Unidos con China, en la que un jovencito norteamericano de un área urbana deprimida (el siempre calamitoso sur de Boston), se encuentra de pronto en un predicamento inesperado y es misteriosamente transportado al pasado, en una provincia china, donde sabios y ágiles maestros le enseñarán a enfrentar sus problemas y recuperar su orgullo.
Veo en la cinta símbolos (seguramente inexistentes) de la relación actual entre un imperio que se derrumba y otro que, amenazante por inescrutable, se levanta como un gigante políticamente inclasificable. ¿Qué es China? No es comunista ya (no más que Estados Unidos con sus bancos y aseguradoras, ambos pilares de los medios de producción, de propiedad estatal). China no es del todo capitalista, aunque esté a punto de permitir a sus campesinos vender sus derechos de tierras. Y no es una democracia, aunque… ¿quién lo es?
China, no es la rival de Estados Unidos, sino ya que se parecen tanto que son como hermanos. Hermanos que no se caen bien, como Michael y Fredo Corleone. Y China no es Fredo.
Lo que de seguro sí es China, es la tierra del Kung Fu, una filosofía dos mil años más antigua que cualquier sistema de gobierno actual, que implica el logro de obtener habilidades extraordinarias en base al esfuerzo y la disciplina. Además de ser la única forma estéticamente aceptable de partírsela a un enemigo.
El Reino Prohibido es una cinta para niños y jovencitos muy divertida, que sobre todo durante su primera mitad, deleita a los fanáticos de las artes marciales con peleas bella e imaginativamente coreografiadas. Los realizadores de la cinta decidieron acertadamente que el público infantil tiene suficiente estómago para soportar dos o tres heridas de arma punzo-cortante y algunas escenas dolorosas de separación y muerte, de modo que la película no viene completamente esterilizada, como ninguna buena cinta de Kung Fu puede ser.
Y en El Reino Prohibido se reúne por fin al dream team de las patadas: Jet Li y Jackie Chan. En un justo equilibrio de escenas y roles, los maestros se reparten equitativa y caballerosamente las escenas, sin que uno se levante sobre el otro más allá de lo que las simpatías personales quieran ver. Hace rato que a Chan, el dragón amable, no lo veíamos en un papel digno. Y Jet Li nos sorprende con su bis cómica, después de los roles siniestros en que Hollywood lo ha encasillado.
Ambas estrellas lucen, pese a sus años, en espectacular forma, seguramente gracias a su disciplina y a sus invisibles y capaces dobles de acción. Da gusto verlos así de espectaculares y en su madre patria, luego de lo mal que los ha tratado el cine de América. Pero no se preocupen maestros, ese país ya está pagando por su mal Kung Fu. Preocupémonos nosotros.