Cirrosis, quinta causa de muerte en Coahuila
El 85 por ciento de los casos del mal hepático es causado por el alcoholismo.
Un 85 por ciento de los casos de cirrosis hepática es consecuencia del alcoholismo, además esta enfermedad ocupa el quinto lugar de mortandad en Coahuila, según informó Juan Francisco Irizar López, jefe de Prestaciones Médicas del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en el estado.
En 2007 fallecieron 179 personas a consecuencia de cirrosis hepática: 67 mujeres y 112 hombres. El médico dijo que en promedio, un alcohólico desarrolla la enfermedad en 10 años, pero en este transcurso de tiempo puede presentar algunos síntomas, todo depende de las bebidas embriagantes que ingiera y de las condiciones inmunológicas del paciente.
Irizar López explicó que la cirrosis hepática es enfermedad crónica del hígado que provoca la muerte progresiva del tejido hepático y que impide un buen funcionamiento de este órgano, el cual produce las proteínas que ayudan a la digestión y a la coagulación de la sangre.
Las complicaciones por cirrosis hepática son múltiples: acumulación de agua en piernas y abdomen; moretones, sangrado, coloración amarillenta de la piel (ictericia), cálculos biliares y cáncer de hígado. En tan sólo cinco años la enfermedad se presenta si una persona bebe más de 80 gramos de alcohol al día, y aunque tomar vino después de los 40 años es bueno para el corazón, más de 10 onzas provocan daño en el hígado.
De acuerdo al médico, es posible prevenir la cirrosis hepática hasta en siete de cada 10 casos si cumplen abstinencia de alcohol o beben en cantidades moderadas, y los de fines de semana no están exentos, pues en lugar de que el daño al hígado se presente en cinco años, pueden pasar diez o quince años para que aparezcan los síntomas.
Quienes nunca han tomado alcohol también tienen riesgo, principalmente por el virus de la hepatitis B y C, mismo que se transmite por contacto sexual y sangre contaminada en jeringas y al hacerse un tatuaje o piercing sin la esterilización adecuada. Asimismo un pequeño porcentaje la padece por herencia, diabetes y acumulación de grasa por obesidad.
Algunos síntomas de esta enfermedad son: cansancio, desgano, pérdida del apetito, cambios en la coloración de la piel y de los ojos, crecimiento del abdomen, acumulación de líquido, vómitos de sangre y confusión mental, entre otros.
El síntoma principal por el cual el paciente acude a consulta es inflamación del abdomen, que puede o no estar acompañada de dolor, según explicó el doctor. Para hacer el diagnóstico, el personal del IMSS utiliza la biopsia hepática, mediante laparoscopia se visualiza el hígado y se toma una porción para determinar el daño.
Para eliminar el líquido que causa la inflamación, y que puede afectar otros órganos, se recetan al paciente diuréticos, laxantes o se usa un catéter para filtrarlo; para detener el daño en el hígado y la muerte de más tejido, se utilizan esteroides y medicamentos inmunosupresores como la azatioprina que aumentan la posibilidad de supervivencia del órgano afectado.
Síntomas
Algunos síntomas de la cirrosis hepática son:
Cansancio.
Desgano.
Pérdida del apetito.
Cambios en la coloración de la piel y de los ojos.
Crecimiento del abdomen.
Acumulación líquido.
Vómitos de sangre.
Confusión mental.
FUENTE: IMSS