El puerto de Sidney, Australia, momentos antes (arriba) y después (abajo) de que se apagaran las luces para participar en la campaña mundial “La hora de la Tierra”. Alrededor de 200 edificios de Chicago, Illinois, se sumaron ayer al apagón mundial de 60 minutos. Activistas medioambientales invitaron ayer a apagar las luces durante una hora como parte de una propuesta para luchar contra el cambio climático. Decenas de personas se reunieron ayer en el Centro de Bangkok, Tailandia, para presenciar el apagón mundial. (Fotografías de EFE y AP)
Participan en lacampaña ‘La Hora de la Tierra’ unas 323 ciudades en el mundo.
La Casa de la Ópera y el Puente del Puerto -los emblemáticos símbolos de Sydney- apagaron su alumbrado la noche del sábado, con lo que la ciudad más grande y antigua de Australia se convirtió en la primera orbe importante del mundo en apagar sus luces este año como parte de “La Hora de la Tierra”, una campaña para hacer conciencia sobre el calentamiento global.
Como parte de la misma campaña, miles de hogares quedaron a oscuras durante una hora en Christchurch, Nueva Zelanda. El afamado templo budista de Wat Arun, en Bangkok, Tailandia, también apagó su sistema de alumbrado.
Las tres ciudades mayores forman parte de 23 urbes de todo el mundo, junto a 300 ciudades menores, que forman parte de “La Hora de La Tierra”, una campaña del grupo medioambiental independiente Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF por sus siglas en inglés), para resaltar la necesidad de conservar la energía y luchar así contra el calentamiento global.
“Esto provee un símbolo extraordinario y una señal de que podemos ser parte de la solución” contra el calentamiento global, afirmó el ministro australiano para el Medio Ambiente, Peter Garrett, en declaraciones a la estación de televisión Sky News. El funcionario habló al otro lado de la bahía de la Casa de la Ópera, cuya silueta oscura se dibujaba a su espalda.
Garrett dijo que también se apagaron las luces en oficinas gubernamentales y monumentos nacionales en toda Australia para participar en “La Hora de la Tierra”.
En Sydney, una tormenta de relámpagos fue lo más luminoso del cielo cuando las luces se apagaron en los hitos más famosos de la ciudad.
La mayoría de los negocios y las viviendas ya había apagado sus luces mientras los residentes se unían a su segunda Hora de La Tierra anual, organizando cenas a la luz de las velas, hogueras playeras e incluso películas al aire libre proyectadas con equipos de apoyo a la ecología.
CHICAGO SE UNE A MEDIDA ECOLÓGICA
Por su parte, alrededor de 200 edificios de Chicago, además de 480 Mc Donald´s, se sumaron ayer a la iniciativa “La Hora de la Tierra 2008”, por lo que la noche de este sábado apagaron sus luces durante 60 minutos.
El espíritu ambientalista de los propietarios de estos negocios no anula su interés comercial, por lo que en la mayoría de los casos se promovió “cenas con velas” para compartir una hora de conciencia ecológica.
Chicago participó junto a 32 ciudades de 15 países en esta iniciativa, la cual surgió en marzo del año pasado como un movimiento local en Sydney, Australia, y que tiene como objetivo llamar la atención sobre el cambio climático que experimenta el planeta.
Edificios como la Torre Sears, la más alta estructura de Chicago, el Merchandise Mart, y el John Hancock, entre otros, que contribuyen a la iluminación permanente de la tercera ciudad más importante de Estados Unidos, apagaron sus luces de las ocho a las nueve de la noche.
La acción es un gesto simbólico al que se sumaron voluntariamente ciudades como México, Bangkok, Copenhague, Melbourne, Manila, Tel Aviv, Toronto, y en Estados Unidos: Phoenix, Atlanta y San Francisco, entre otras.
Quienes simpatizan con este movimiento procedieron en sus casas a desconectar sus computadoras y todos sus aparatos domésticos durante una hora, contribuyendo al ahorro de energía.
Este viernes, el alcalde Richard Daley recordó el liderazgo que mantiene Chicago en materia de programas ambientales y exhortó a la población de la ciudad a unirse a esta iniciativa.
“Nuestra participación en ‘La Hora de la Tierra’ nos hace recordar que cada uno de nosotros compartimos la responsabilidad del calentamiento global y que todos podemos hacer algo para solucionarlo”, expresó en un comunicado.
CONVOCATORIA GENERAL
En tanto, Mónica Echeverría, coordinadora de comunicaciones de la organización World Wildlife Fund (WWF), explicó que la iniciativa no sólo fue para los comerciantes, ya que se pidió a la población que le dedicara una hora al planeta.
Destacó que cuando esta acción se desarrolló el 27 de marzo de 2007, en la ciudad de Sidney, el consumo de electricidad se redujo en 10.2 por ciento, equivalente a sacar 48 mil autos de circulación.
El cambio climático -dijo- es el problema más grande del planeta y por su causa se sufren, desde 1990, temperaturas nunca antes registradas, por lo que también se invitó a la comunidad hispana a involucrarse desde sus casas en este movimiento mundial.
La medida inició precisamente a partir de las ocho de la noche y concluiría a las cuatro de la mañana del día siguiente.
‘Cambio de horario puede generar más gasto de energía’
Dos veces al año sufrimos la inconveniencia de atrasar o adelantar nuestros relojes un hora, pero un reciente estudio en Estados Unidos demuestra que la medida, pensada para reducir el consumo de luz, puede suponer más gasto de energía que ahorro.
Un equipo del departamento de la Universidad de California en Santa Bárbara estudió durante tres años las cuentas de la luz de 250 mil hogares de Indiana, un estado que no incorporó el cambio de hora para todo su territorio hasta 2006.
El estudio concluye que cuando los ciudadanos adelantan sus relojes una hora en primavera gastan más energía que si no lo hicieran.
La factura de la luz de Indiana subió unos ocho mil 600 millones de dólares al año por la introducción del horario de verano, a lo que se suman entre mil 600 y cinco mil 300 millones de dólares anuales en “costes sociales por el aumento de las emisiones contaminantes”.
La causa está en que el horario de verano supone menos horas de luz por la mañana y más por la tarde, lo que dispara el uso de la calefacción cuando nos levantamos en primavera y, sobre todo, el del aire acondicionado al final del día en los meses calurosos.
Numerosos expertos e, incluso, responsables de compañías eléctricas habían expresado sus dudas sobre los efectos del cambio de hora en el consumo de energía, pero es la primera vez que un estudio lo demuestra con datos empíricos.
Laura Grant, coautora del estudio, dijo que el informe concluye que el balance es negativo y que “en lugares con un clima más caluroso que Indiana el gasto aún es mayor” por el uso más frecuente del aire acondicionado.
Grant considera que el cambio de hora en verano puede suponer ventajas en otras áreas como, por ejemplo, “el comercio, porque disponemos de más horas de luz para hacer compras”, pero no es realmente efectivo para ahorrar energía.
También se ha demostrado que ayuda a disminuir los accidentes de tráfico porque los conductores tienen más luz aunque, en este caso, “tiene la desventaja de que se acaba aumentando la contaminación porque la gente tiende a conducir más”.
Actualmente, uno 70 países adelantan sus relojes una hora al comienzo de la primavera con el fin de aprovechar mejor la luz solar y reducir el consumo de energía y vuelven a retrasarla en otoño para volver al horario normal. Estados Unidos introdujo el horario de verano hace quince días, mientras que Europa no lo hace hasta la madrugada del 30 de marzo.
Estudiantes de tres países preparan vehículos ecológicos
Un total de 38 equipos de jóvenes investigadores de Estados Unidos, Canadá y México trabaja para ganar la competencia científica anual de desarrollo de motores de vehículos que ahorren el consumo de combustible.
La competencia para presentar el proyecto de mejor rendimiento en la Eco-maratón Shell 2008 y romper el récord 2007 de 809 kilómetros por litro, se realizará en la pista de Fontana, California, del 10 al 12 de en abril.
“Somos conscientes que el futuro del transporte depende finalmente de las fuentes de energía alternativa”, aseguró David Ulrich, estudiante líder del equipo Cal Poly que estableció el récord 2007.
“Como estudiante de ingeniería, haber recibido la oportunidad de diseñar y construir vehículos de combustible eficiente, es una forma muy importante de ganar experiencia y práctica para el futuro”, agregó el joven californiano.
El evento permitirá que 38 equipos de cinco secundarias y 24 universidades de Estados Unidos, Canadá y México presenten sus prototipos respectivos para buscar la mayor distancia con el menor uso de combustible.
De los vehículos en competencia este año, 28 son impulsados por motores de combustión, seis por electricidad/hidrógeno, uno por diesel, uno por gas petróleo líquido y dos por energía solar.