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Clamor por el cambio

Actitudes

José Santiago Healy

Queda claro que los estadounidenses desean un cambio político de fondo de acuerdo a los resultados de las elecciones primarias realizadas en los estados de Iowa y New Hampshire.

En ambas entidades los ganadores fueron candidatos del cambio, especialmente en las filas demócratas en donde Barack Obama sorprendió con una victoria espectacular en Iowa y días después Hillary Clinton hizo lo suyo en New Hampshire.

Obama, el senador liberal de madre blanca y padre afroamericano, es sin duda la sensación y esperanza política para millones de electores norteamericanos que ven en su figura a un defensor de los grupos minoritarios y de los abusos de las corporaciones del sector financiero y de salud.

Clinton por su condición de mujer representa también el gran cambio político aunque sus ideas y su pasado político se sitúan dentro del sector conservador de los demócratas.

Aun así su popularidad es creciente porque millones de norteamericanos recuerdan con nostalgia los tiempos de bonanza económica y paz social que se vivió en la era Clinton.

John Edwards es el tercer demócrata en la lista, logró un valioso segundo lugar en Iowa pero una semana después regresó al tercer lugar con el 17 por ciento de los votos. No hay que perderlo de vista porque su carisma podría ser determinante si la rivalidad entre Obama y Clinton sube de nivel y los electores optan por un tercero en discordia.

Lo maravilloso de estas primarias ha sido el número récord de votos registrados y el inusitado entusiasmo despertado en la contienda, especialmente entre los demócratas.

Los republicanos también dieron mucho de qué hablar, en Iowa el ganador inesperado fue el conservador Mike Huckabee, seguido de Mitt Romney, pero días después el senador por Arizona, John McCain, obtuvo en New Hampshire una victoria por demás sonada al obtener el 37 por ciento de los votos contra 32 de Romney.

Tanto entre los republicanos como en el partido demócrata la moneda está en el aire y no existe por el momento un candidato favorito ni seguro ganador.

Los resultados en estas dos elecciones no dicen todavía gran cosa, hace cuatro años McCain ganó por amplio margen New Hampshire, pero semanas después fue arrasado por el actual presidente George W. Bush.

Sin embargo, ya se dio una distinción importante entre candidatos posibles y no posibles.

En ambos partidos quedó claro que los radicales como el anti-inmigrante Duncan Hunter o los heterodoxos como Rudy Giuliani no cuentan con el aprecio de los militantes.

Entre los demócratas Bill Richardson, el único aspirante con sangre hispana, quedó prácticamente fuera de la pelea al obtener el 5 por ciento en la última elección.

Vienen la próxima semana los comicios en Massachusetts, un estado con hondas raíces políticas, más adelante Florida y luego el supermartes del 5 de febrero cuando se realizarán primarias en los poderosos estados de Nueva York, California y New Jersey.

Queda un largo camino por recorrer y mucho dinero por gastar para saber quiénes serán los candidatos que el primer martes de noviembre buscarán llegar a la Casa Blanca.

En esta nación el IFE mexicano se volvería loco tratando de controlar los gastos de publicidad y los permisos para realizar encuestas electorales. Sólo en New Hampshire el aspirante Mitt Romney destinó 8.7 millones de dólares para anuncios en televisión mientras que John McCain gastó $4.3 millones. Y es apenas el principio.

El circo político arrancó, pues, con fuerza en la Unión Americana y se vaticinan grandes emociones ante el clamor de un cambio en la Casa Blanca. Estaremos muy pendientes.

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