COLEGIO MEXICANO DE BARIATRÍA
COLEGIO DE MÉDICOS CIRUJANOS DE LA LAGUNA, A.C.
(PRIMERA PARTE)
Los excesos alimentarios durante las festividades son casi una constante y no se tienen en cuenta las posibles consecuencias de un “pequeño” descontrol.
A propósito de la temporada, quisiera hacer algunas observaciones con respecto a la tendencia casi general de las personas, tanto delgadas como gorditas, de adoptar la idea de que en diciembre está permitido comer a diestra y siniestra todo aquello que se nos ponga enfrente. Algunos empiezan desde noviembre con posadas y reliquias a los santos, y le siguen todo el mes de diciembre, y por qué no también enero con la Rosca de Reyes, la Candelaria, y algunas otras tradiciones y costumbres de nuestros pueblos, donde en definitiva nunca faltan los deliciosos tamales, buñuelos, repostería, la discada, frijolitos charros, el atole, el tradicional ponche y algunas cosillas más.
A través de los años y en mi experiencia, como médico bariatra, he escuchado en numerosas ocasiones una frase muy común: “el mes de diciembre es para comer y disfrutar”. En estudios recientes se ha comprobado que en dicho mes, una persona puede aumentar los kilos de todo un año, aproximadamente entre tres y ocho kilos, lo cual, depende del sobrepeso que cada persona presente, y desde luego si tiene la tendencia a aumentar de peso. Incluso, las personas que mantienen un peso adecuado, y que no padece el problema de sobrepeso u obesidad, no están exentos de aumentar algunos kilitos en estos tiempos de muchas festividades. La persona gordita que muy probablemente lo vaya a ser por siempre, es la que dice: “Mira comadre para qué te pones ahorita a dieta, ya en enero empezamos un programa para adelgazar, como propósito del año nuevo”, pero lo que en realidad sucede casi siempre, es que en las fiestas decembrinas dicha comadre subió por ejemplo cuatro kilos, y vamos a pensar que en enero ya está muy decidida a bajarlos, muy probablemente baje esos cuatro kilos, pero más tarde vienen otras festividades, y se le olvida, y se sigue quedando con los kilos del año viejo, más los que acumule en el próximo.
Generalmente les trato de hacer ver a los pacientes que la mejor época para empezar a cuidar la alimentación, y tratar de ir permitiendo peso, es precisamente en los meses de otoño e invierno, primero porque se nos antojan mucho más los alimentos engordativos, así que debemos estar alerta, y por otra parte, la ropa, como los sacos, abrigos, etc., nos disimulan un poco las lonjitas y entonces para cuando llegue la primavera, y ya hayan logrado perder algunos kilos, si no es que todos los que tenían de más, podrían lucir una figura más esbelta y agradable, además de poder usar prendas de vestir más ajustadas y sexys, o bien lucir en traje de baño en las vacaciones, como ya viene el calor, se nos antojarán, más los alimentos frescos, ensaladas, fruta, etc., generalmente acostumbramos a beber más líquidos, con lo que nos motivaremos más en conservar la línea, entonces cuando llega de nuevo la época de invierno y las fiestas se espera que estará más consciente de los beneficios que ha logrado, y muy difícilmente se descontrolará comiendo de todo y sin medida. Claro que nunca es tarde para empezar, peor sería si no lo intenta. Siempre he pensado que una persona gordita, nunca debe perder la esperanza de hacer algo por sí misma, si se cae levántese y vuélvalo a intentar. ¡Hasta pronto!
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