Familias llegan a la ciudad paquistaní de Peshawar desde las áreas tribales de Bajur, cerca de la frontera paquistaní con Afganistán, donde las fuerzas de seguridad están llevando a cabo una operación contra los grupo pro-talibanes. (EFE)
El principal funcionario de seguridad de Pakistán prometió ayer “barrer” a los milicianos islámicos de una región tribal donde, según el Gobierno, más de 460 insurgentes y 22 soldados han muerto en 10 días de combates.
El jefe del ministerio del Interior Rehman Malik dijo que los servicios de Inteligencia de Pakistán tienen informes de que unos tres mil milicianos están en la actualidad en la región Noroccidental de Bajur, fronteriza con Afganistán. Malik dijo que entre los combatientes hay paquistaníes, afganos vinculados a la milicia religiosa Talibán, y personas del centro de Asia.
“Los vamos a barrer”, dijo Malik en una conferencia de prensa en Peshawar. “No vamos a rendirnos ante ellos”.
Helicópteros artillados y cazas de Pakistán han estado bombardeando posiciones de milicianos en Bajur desde que estallaron enfrentamientos el 6 de agosto, cuando decenas de insurgentes atacaron un puesto de avanzada del Ejército. La región es considerada un bastión de Al Qaeda y del Talibán.
El ataque de los milicianos fue lanzado luego que el Talibán amenazó con represalias contra el Gobierno por lanzar operativos militares en otra región fronteriza donde previamente había intentado un diálogo a fin de lograr la paz con los insurgentes.
Junto a Malik, estaba presente en la conferencia de prensa el gobernador provincial Owais Ahmed Ghani, quien denunció que unos 219 mil residentes habían sido obligados a abandonar sus hogares por los combates en Bajur.
