EDITORIAL Caricatura editorial columnas editorial

Como en los viejos tiempos

Nuestro concepto

Lo que ocurrió durante la jornada de ayer no se había visto desde hace casi tres décadas. Desde que se descentralizó el órgano electoral en la entidad, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) no arrasaba en una elección en Coahuila como lo hizo ayer; la Oposición lograba quedarse cuando menos con un distrito. Hoy, como en los viejos tiempos, el partido tricolor ganó las 20 diputaciones disponibles y tendrá una aplastante mayoría en la LVIII Legislatura del Congreso del Estado. Los once legisladores plurinominales quedarán repartidos entre el Partido Acción Nacional (PAN), el Partido de la Revolución Democrática (PRD) y la Unidad Democrática Coahuilense (UDC).

Qué lejos se ve ahora aquella contienda electoral de 1996, cuando el PAN logró ganar en 8 distritos. A partir de entonces, el partido blanquiazul ha ido retrocediendo en las elecciones de diputados locales.

Pero no sólo es de llamar la atención la debacle de Acción Nacional en todo el estado, sino aquí mismo en Torreón, en donde históricamente la competencia había sido mucho más cerrada y en algunos casos favorable a los panistas. Por ejemplo, en 2005 el PAN ganó 4 de los 5 distritos asentados en este municipio. Ahora, tres años después, no sólo pierde hasta en los distritos considerados tradicionalmente “azules”, sino que lo hace por márgenes muy amplios. A nivel estatal, el PRI se impuso al PAN en una relación de 3 votos contra 1, situación que se presentó en 3 de los 5 distritos torreonenses.

Más allá del análisis necesario que deberá hacer Acción Nacional para revisar los errores que lo llevaron a tan contundente derrota, y del orgullo triunfalista que los priistas manifestarán en todos estos días, cabe reflexionar sobre las consecuencias del resultado de ayer. En este sentido, es difícil pensar que la democracia en Coahuila pueda fortalecerse cuando un partido consigue un dominio como el que el PRI posee ahora; por el contrario, el gobernador tendrá un Congreso mucho más cómodo que el que ya tiene y los espacios para la crítica hacia su régimen serán mucho menores. El control político del clan Moreira se afianzará y los tentáculos del poder estatal se extenderán aún más. Y todavía faltan las elecciones del año que entra, cuando habrán de renovarse los ayuntamientos.

Leer más de EDITORIAL

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de EDITORIAL

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 387291

elsiglo.mx