Cuando yo estudiaba ingeniería, un compañero de estudios tratando de justificar sus bajas calificaciones me decía: “las calificaciones altas no garantizan nada”. Quizá no garanticen nada, pero lo que esta detrás de este hecho significa mucho y dice mucho de quienes sobresalen en los estudios. Los estudiantes que sobresalen por sus resultados académicos demuestran que tienen compromiso, responsabilidad, tenacidad, entrega, propósito, deseo de hacer muy bien las cosas, coraje y visión.
En una amplia encuesta hecha entre estudiantes sobresalientes, se concluyo lo que ellos hacen para obtener alto rendimiento en sus estudios:
Trabajo arduo
Establecer prioridades
Estudiar en cualquier sitio….o en todos.
Organizarse
Aprender a leer rápido
Programar su tiempo
Tomar buenos apuntes en clase
Entregar trabajos pulcros
Participar en clase.
No memorizar, sino comprender.
Estudiar en grupo.
Auto examinarse.
Hacer más tarea de lo que les piden.
Esta encuesta demuestra que el “secreto” más importante de los alumnos de alto rendimiento no es tan secreto. Esta encuesta demostró también, que en la mayor parte de los casos, la contribución de sus padres fue decisiva. Desde la infancia, les inculcaron el amor por el estudio, les hicieron saber que esperaban mucho de ellos, y jamás redujeron sus expectativas. Alentaron el aprendizaje de sus hijos e hijas, pero no hicieron el trabajo por ellos. En suma, los padres inculcaron el sentido de la responsabilidad en sus hijos, y estos no los defraudaron.
Recientemente, una universidad local entregó reconocimientos a alumnos sobresalientes; con toda seguridad, los padres de los alumnos que reciben reconocimiento por su desempeño académico están muy orgullosos de ellos, lo digo, porque yo he tenido la fortuna de pasar, como padre, por esta experiencia. México necesita con urgencia muchos mexicanos como estos jóvenes estudiantes. Se reconoció el esfuerzo de 48 estudiantes sobresalientes, cinco varones y 43 damas. Quiero resaltar este hecho porque hay muchas estudiantes universitarias laguneras que piensan que para ellas sería muy difícil seguir una carrera ejecutiva en las empresas. No se debe desperdiciar su talento por temor a lo desconocido. El mensaje es que sí, sí sirve hacer el esfuerzo. Las universitarias necesitan modelos que las impulsen a seguir esforzándose con la seguridad de que si se puede destacar en los negocios, deben tener la certeza de que la inversión que hacen ellas y sus padres en su educación universitaria puede rendir muy buenos frutos. En la actualidad en nuestra región ya hay mujeres profesionistas que desempeñan puestos de alto nivel en las empresas, las universitarias, necesitan conocer ejemplos de éxito que las motiven a fijarse metas muy retadoras porque tienen muchas posibilidades de lograrlas, porque ¡si se puede! las mujeres deben ser las primeras en creerse capaces de desarrollar con excelencia toda clase de tareas y ello requiere la mayor solidaridad entre ellas, necesitan reforzar la confianza en sus capacidades y talentos..
Los mexicanos tenemos ingenio, imaginación, flexibilidad, emotividad, dedicación y entrega, todas ellas, cualidades necesarias para ser creativos y las cuales no debemos aplicar solamente en las artesanías, el folklore o los chistes, sino que se pueden utilizar como lo hacen estos jóvenes, para tener un alto rendimiento académico que les permita lograr el desarrollo tecnológico y social de nuestro país.
Quienes tenemos la fortuna y la bendición de tener una carrera universitaria, debemos de reconocer nuestra responsabilidad de aprovecharla al máximo y de colaborar para que cada día mas mexicanos tengan acceso a la educación universitaria en un México en el que hoy, de acuerdo con un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo, el hijo de un obrero solamente tiene el diez por ciento de posibilidades de llegar a ser un profesionista. Todas las universidades deberían ofrecer una cosmovisión humanista orientada a construir un México más justo y en armonía con su entorno.
Ojala que estos alumnos sobresalientes y todos los universitarios además de enfocarse en el buen resultado académico, complementen ello con la formación de su espiritualidad, Después de haber estado presente por muchos años con sigilo, la espiritualidad en los negocios se ha transformado ya en una mega tendencia reconocida por muchos. En el año 2003, la Escuela de Negocios de Harvard conminó a los líderes a que volvieran a acoger los valores y a utilizar los puentes entre la espiritualidad y los negocios. La Universidad Loyola de Nueva Orleáns, tiene un Instituto de Ética y Espiritualidad en los Negocios, la Universidad de Santa Clara es fuente de muchas actividades del espíritu en los negocios. La Escuela de Negocios de Stanford da un curso de postgrado que se llama “El mundo de los negocios: indagación moral y espiritual a través de la literatura”. La Universidad de Notre Dame y la de Columbia ofrecen un curso de espiritualidad para ex alumnos de postgrado en administración de negocios. Algunas universidades locales tienen diplomados y materias curriculares relacionadas con la espiritualidad. Hay una conexión directa entre espiritualidad y responsabilidad personal.
Si las virtudes y los valores solo están dentro de las personas, ello no sirve de nada. Los valores y las virtudes son el sello que cada persona le pone a todo lo que hace, en ello se refleja la riqueza o pobreza de valores y virtudes. Somos honestos si lo que hacemos, lo hacemos con honestidad. Seremos puntuales solamente hasta que lleguemos a tiempo, entreguemos a tiempo o hagamos a tiempo. Seremos precisos solamente cuando hagamos cosas con precisión. Somos disciplinados solamente si hacemos lo que hacemos, de acuerdo a las normas establecidas. Somos tenaces en la medida en que perseguimos nuestros objetivos con tenacidad y permanecemos en esa perspectiva. Los valores y las virtudes de las personas están en lo que las personas hacen. Es por ello que las altas calificaciones reflejan mucho los valores de quienes las obtienen.
Me uno al regocijo y orgullo de los padres de alumnos sobresalientes, ojala estos muchachos y muchachas nunca olviden que todo lo que hagamos contiene la esencia de lo que somos, la esencia de nuestra forma de pensar, de nuestras emociones y de nuestra alma, lo que hacemos refleja lo que somos. La mejor preparación para la vida es hacer las cosas bien, lo mejor que podamos, desde las más simples, hasta las más complejas. Hacer unos tacos bien hechos, limpiar una recamara lo mejor que podamos, vaciar una losa de concreto lo mejor que se pueda, escribir un excelente reporte, hacer una tarea escolar muy bien hecha, hornear, ¡bien horneado! un rico pastel, debemos saber hacer muy bien todo lo que hacemos, lo mejor que se pueda, como lo han hecho estos estudiantes: poniéndole alma corazón y vida.
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