En México se da un caso de esta naturaleza por cada mil recién nacidos.
Son pocas las cosas a las que las madres y padres temen tanto como a este fenómeno, que puede mantenerse alejado.
Una madre debe acostar a su bebé boca arriba, no arroparlo demasiado, evitar exponerlo a un ambiente contaminado y amamantarlo para que desarrolle reflejos de succión y declución, que son defensas ante cualquier obstrucción. Todas estas sencillas medidas ayudan a evitar la temible muerte súbita o muerte de cuna.
Los médicos especialistas en recién nacidos indican que otras medidas preventivas son no fumar durante la gestación y mantenerse alerta en las horas de sueño del pequeño.
Causas desconocidas
Nadie debe olvidarse que la muerte súbita se da sin razones aparentes y en la mayoría de los casos sus víctimas son bebés de dos y cuatro meses.
A partir del sexto mes disminuyen sus ataques, aseguran especialistas del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
Apuntan que un 60% de los decesos se dan en niños, al tiempo que llaman la atención sobre ciertos factores de riesgo: nacimiento prematuro, antecedentes de apnea (intervalos en que deja de respirar durante el sueño) y padecimiento crónico del pulmón en algunos casos.
La doctora Isela Santos Vera, jefa del servicio de Neonatología del Hospital de Gineco Obstetricia del Centro Médico Nacional la Raza, cuenta que en México se da un caso de esta naturaleza por cada mil recién nacidos.
Se trata de un porcentaje bajo pero el asunto es complejo, ya que no se sabe qué niño lo sufrirá, sólo se puede conocer si tienen factores de riesgo, por lo tanto, es necesario que los padres estén al pendiente del cuidado del bebé y acudan al médico si notan algo anormal.
Armas vitales
Los niños son más vulnerables a enfermedades que las niñas en la primera etapa de vida, lo que conduce a que los hombres sean más propensos a una muerte repentina o inesperada.
Aun cuando las causas de este tipo de muerte son desconocidas, hay tres factores relacionados con la muerte súbita: malformaciones de las células del centro de la respiración, lo cual produce apnea que corta la respiración por la alteración de células nerviosas.
Desarrollo muy acelerado, lo que propicia un desequilibrio llamado alteración fisiológica, un incremento en la circulación, presión arterial y temperatura, originando períodos de sueño prolongado impidiendo al bebé despertar.
Factores externos al ambiente del bebé, básicamente el contacto con fumadores y la posición en la que duerme. Si lo hacen boca abajo incrementa el riesgo de una asfixia, otro riesgo es arroparlos demasiado.
Aunque la muerte súbita es poco común, los estragos son de gran impacto para los padres ya que al no existir explicación del hecho, se presentan cuadros depresivos, por igual en la madre y el padre.
La psicóloga María Teresa Mendoza afirma que la conducta de los padres después de haber experimentado la muerte súbita de un hijo, se ve perturbada, en gran medida, por una serie de indicadores que inician con la negación del hecho, enojo y rabia ante la falta de explicaciones del suceso.