Sonrisas, abrazos y la ilusión de una navidad entre compañeros, fue la constante que se vivió el 24 de diciembre en la Casa Hogar DIF Torreón. (Fotografía de Érick Sotomayor)
Niños y niñas de la Casa Hogar del DIF, festejan juntos la NocheBuena.
A medida que los minutos descontaban la espera para la llegada de Santa Claus, una mezcla de emociones invadió a los 41 niños y un adolescente que compartían la ilusión de una fecha desde su misma situación, ser habitantes de la Casa Hogar, lugar del que desaparecieron la tristeza, soledad y desconsuelo, para darle paso al deseo de compartir el nacimiento del niño Jesús, un motivo de una sonrisa en cada rostro de los pequeños.
Desde muy tempranas horas del 24 de diciembre la emoción del día llegó para los habitantes de Casa Hogar DIF Torreón, 21 niños y 20 niñas y un adolescente, que alentados por la llegada del niño Dios, se pusieron guapos para interrumpir la cotidianidad de su estancia en la institución y festejar en una misma voz la Navidad. Una excusa que permitió que compartieran el festejo unidos, niños y niñas, lo que solamente se da en fechas especiales o actividades programadas.
Los niños que se encuentran en este hogar por lo general son menores que han vivido situaciones como omisión de cuidado, violencia o abuso, por lo que son alejados de sus familias para recibir atención de profesionales que buscan una mejor calidad de vida para los pequeños, situación que motivó al personal de la instancia a encender la chispa navideña en el corazón de los niños, para lo que prepararon desde la típica novena y la oración tradicional, hasta la piñata, la cena y los regalos que no podían faltar.
“Yo elijo quedarme en la guardia, quiero estar con los niños en este momento porque necesitan de nosotros, para ellos nosotros significamos algo, tal vez no seamos sus padres, pero representamos algo importante para ellos, porque estamos con ellos todos los días, porque compartimos las terapias, porque la contadora también está pendiente de que tengan los insumos necesarios, para ellos todo el personal que estamos acá significamos un valor”, comentó Isela Velásquez, trabajadora social que comandó el operativo Feliz Navidad para hacer que los niños pasaran un 24 de diciembre inolvidable.
Muchas peticiones y deseos navideños que los niños plasmaron en las cartas enviadas a Santa, habitaron el mundo de los deseos comunes: balones de futbol, bicicletas, carros, ropa o zapatos, incluso hay quienes soñaron más allá de los regalos tangibles, pidiendo como deseo la unión familiar, esa pequeña “cobija” que significa un abrazo o un beso materno, la posibilidad de que la próxima Navidad la vivan en sus hogares, una petición que parecía hacer eco en muchos pequeños a los que les brillaba la mirada al recordar a su familia.
Una camioneta a control remoto y una bicicleta fue la petición del pequeño Martín, de 9 años, quien notablemente emocionado por la fiesta, mencionó que además de los regalos, estar con sus compañeros ya era un buen regalo. Al pequeño Lupito de 7 años, a quien por momentos invadió la nostalgia, lo animaron con abrazos y gestos de amistad sus compañeritos, quienes compartían el generoso botín de la piñata: chocolates, galletas y dulces eran intercambiados con frases de cariño entre los pequeños.
Como en todas las familias y ésta no es la excepción, el hermano mayor se dirigió a sus compañeros para dar un mensaje de amor y solidaridad, Miky, como es conocido Miguel Ángel, el mayor de los habitantes de la casa quien está a punto de cumplir sus 18 años, entregó regalos, abrazos y una que otra lágrima producto de la felicidad de una Navidad al lado de los 41 miembros de su familia como él los llama. Ilusionados con lo que Santa dejaría a la media noche en los pinos de las cabañas, los niños se retiraron a dormir, con el sabor de una fecha que por momentos los hizo olvidar de una realidad que viven a diario.
LOS QUE MARCAN LA DIFERENCIA
Personas que despojadas de cualquier interés y en virtud de marcar la diferencia entre quienes hacen patria a través de sus acciones, aportaron su granito de arena en la celebración que buscaba dibujar entre los pequeños habitantes de la Casa Hogar DIF Torreón, una sonrisa que se convirtiera en sinónimo de la llegada del niño Jesús.
Tres jóvenes mujeres fueron las encargadas de poner los alimentos en la mesa del hogar de niños, un menú consentido entre el antojo de los pequeños que cambiaron el típico pavo por una deliciosa hamburguesa con papas fritas, pastel de chocolate y jugo para brindar. La tres voluntarias cuya pretensión era compartir con los niños, se encargaron de seleccionar, cocinar, servir y complacer el apetito de los pequeños en la cena navideña.
Para Ana Lucía Ramírez, Alma Pineda y Verónica Pineda, las voluntarias que por segundo año consecutivo decidieron preparar los alimentos, la noche de la Navidad, en la Casa Hogar, el principal valor que esto contiene es la alegría de los niños que cada vez que ven una persona ajena a la casa se alegran y agradecen de corazón los instantes que les dedican.
