Conmemoran 50 años de la Diócesis de Torreón

Ofrece la Camerata de Coahuila un concierto que contó con la participación del tenor Fernando

de la Mora Romo, sobrino del extinto obispo de Torreón, Don Fernando Romo Gutiérrez

Ante la presencia del señor obispo José Guadalupe Galván, varias autoridades de la Diócesis, los miembros del Seminario Mayor, y más de mil 200 asistentes, se presentó una sentida semblanza, en memoria del primer obispo de la ciudad Don Fernando Romo Gutiérrez, al inicio del concierto conmemorativo de los 50 años de la Diócesis, que ofreció la Camerata de Coahuila, y que contó con la participación del tenor Fernando de la Mora Romo, sobrino del extinto obispo de Torreón.

Una de las más encantadoras joyas de la música sacra, “la Misa en Do Mayor k.317”, de Wolfgang Amadeus Mozart, así como una de las cimas de la producción de Gaetano Donizetti, “L´Elisir d´amore, Una furtiva lágrima”, por la frescura vocal, y la entrañable ternura que supo imbuir unos arquetipos para dotarlos de humanidad, además de una partitura cuya inspiración y frescura supo aprovechar, el tenor Fernando de la Mora, anoche brillaron sonoramente en el Nazas.

Fernando de la Mora elevó desde lo más profundo de su sentimiento cada una de las notas que interpretó en el concierto conmemorativo del aniversario de la Diócesis, y la memoria de su tío, el señor Don Fernando Romo Gutiérrez, primer obispo de la ciudad. Una compenetración absoluta entre el tenor, la orquesta lagunera y el coro del Colegio América, presenciaron en el Teatro Nazas los más de mil 200 espectadores al evento musical de aniversario.

Un esfuerzo enorme de preparación vivió la Camerata para presentar al público de la Comarca Lagunera, el montaje musical que se escuchó en el teatro. Un programa que ofreció una excelente muestra de música sacra donde destacaron la interpretación de obras como Gloria RV.589, de Antonio Vivaldi, el Panis Angelicus de Cesar Frank, y la célebre e infaltable, en este tipo de celebraciones religiosas, Misa de Coronación, de Amadeus Mozart, en la que lucieron todos los músicos que integraron la función.

El maestro Ramón Shade, director de la Camerata, condujo en todo momento el hilo musical del concierto en un tejido sonoro que demostró la madurez a la que ha llegado la orquesta lagunera, una muestra perfecta de coordinación de los músicos, el cantante y el coro, bajo la batuta de Shade, tanto en la primera parte del concierto en el que interpretaron música sacra, como después del intermedio con la música profana, donde escucharon atentos los espectadores.

En la música profana se destacó la participación del tenor De la Mora, en la interpretación de la obra de Gaetano Donizetti, Una furtiva lágrima, y L´Arlesiana E´la solita storia del pastore, de Francesco Cilea, sin dejar atras piezas como Thais Meditacion de Jules Massenet, obra recordad por ser el punto de partida para el poema y la posterior novela “Thaïs” del escritor Anatole France.

Aplausos y ovaciones se dejaron escuchar al final del concierto por parte del público lagunero, no sólo por la magnífica actuación musical que tuvieron tanto el tenor, como la orquesta y el coro, sino por ser parte del homenaje “in memoriam”, del señor obispo Don Fernando Romo Gutiérrez, un ejemplo de vida para La Laguna, al igual que la celebración de la Diócesis de Torreón, que cumple 50 años de presencia, lo que dio un doble significado a la presentación musical que se llevó a cabo en el Teatro Nazas.

Entrevista a Fernando de la Mora

Antes de subir al escenario el cantante Fernando de la Mora, que se ha presentado en varias ocasiones tanto en la ciudad, como con la Camerata de Coahuila, compartió la emoción y el significado que para él tiene este concierto, que celebra el aniversario de la Diócesis de Torreón y la memoria de su tío el señor obispo Don Fernando Romo Gutiérrez.

¿Un concierto para tu tío?

“Imagínate, yo me llamo Fernando Alfonso de la Mora Romo, soy sobrino nieto del señor obispo, y a mí me pusieron Fernando por él, mi papá quería que yo fuera sacerdote, y bueno, no se me dio la vocación, pero sí se me dio por la música. Mi padre murió 5 días antes de que yo naciera, en un accidente de aviación, y mi familia materna se convirtió realmente en mi familia más cercana, razón por la que estuve siempre muy cerca del señor obispo y la verdad que era un gran hombre, una persona de primera, con un corazón enorme y alguien muy coherente con su forma de vivir, muy austero y muy sencillo, yo le tengo mucho cariño, bautizó a mis cuatro hijos, me casó, siempre estuvimos muy cerca...”.

¿Cómo recuerdas al señor obispo?

“A mi tío el señor obispo yo le ofrecí cantarle un concierto para sus 50 años de obispo y estaba muy contento, desafortunadamente tenía una edad muy avanzada, a pesar de tener un cuerpo muy fuerte ya que después de los problemas, las enfermedades y tantas embolias, llegar a la edad a la que llegó es un mérito, contaba con una fortaleza, una fe y un carisma, la verdad era un tipazo mi tío”.

¿Cómo ves la evolución

de la Camerata?

“Desde la primera vez que vine a cantar a Torreón, vi una gran orquesta, hoy en día veo una orquesta muy sólida, a Ramón, director de la Camerata, lo veo muy maduro, muy relajado, muy dueño de la dirección, y me gusta mucho el sello que adquirió. Ojalá que dejara de ser Camerata y se convirtiera en una orquesta sinfónica, por que tiene todo para hacerlo”.

¿Qué tan familiar es Torreón para ti?

“Para mí Torreón es mi tío, siempre voy a tener una familiaridad especial con la ciudad, primero pienso en él, sinceramente, además es un orgullo para toda la familia tener un obispo, y como fuimos muy cercanos, él y yo nos tratábamos de ‘tocayo’, así que yo hoy voy a cantar con el corazón, con mucha tristeza de que él no esté aquí, pero con mucho cariño por todo lo que me dejó, incluso el nombre, yo esta noche voy a cantar para mi tío, que me perdone el público y no se ponga celoso, esta noche canto para mi tío, en esta ciudad que significa tanto para mí y mi familia”.