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Conmigo sí ha funcionado

El filósofo de Güémez

Ramón Durón Ruiz

El poeta dijo en su canción Luna de Octubre, “de las lunas la de octubre es más hermosa...”, cosa más falsa, eso lo debió escribir José A. Michel estando completamente enamorado, para cualquier enamorado todas las lunas son hermosas, el amor te da una multicolor perspectiva de la vida, es lo único que se redimensiona y se agiganta entre más lo compartes.

Igual pasa con el humor, cuando vibras en su armonía reacomodas las piezas de tu vida, te sientes orgulloso de ti y eso en sí mismo es un acto de amor. El humor te lleva a entender que la vida es un ensayo de acierto y error, la clave está en aprender con amor de los errores para no dejar de crecer, mucha razón tenía Einstein: quien nunca cometió un error... jamás hizo algo nuevo.

Durante los últimos años de mi vida he dedicado mis modestas fortalezas, mi trabajo, mi tiempo, a luchar por reivindicar el poder terapéutico del humor, encuentro en esta tarea un deleite en el que se eleva mi corazón y me da motivos para regocijarme.

El humor me ha llevado a ver la vida desde una perspectiva distinta, a tomar las cosas con regocijo, con ánimo, con entusiasmo; así, a pesar de los escollos propios del camino, rara vez he observado los días vestidos con el ropaje de la dificultad. El humor me ha llevado a entender que en cada momento hay que hacer lo que corresponde, no más, pero tampoco menos.

Este Filósofo busca descubrir la vida con la simplicidad de los niños; la elegancia… ésa se la dejo a las diseñadoras de moda y a los sastres, ah y busco entender que si el suave transcurso del tiempo agrieta y arruga la piel, la ausencia de la vitalidad del entusiasmo arruga el alma.

El amor y el humor me han llevado a encontrar la clave del camino, a redimensionar la existencia, a saber que mi cuerpo es templo de vida, morada permanente en este terrenal paso; me han enseñado a amarlo, cuidarlo y respetarlo, pues será mi fiel y único compañero permanente en el andar del camino.

El día en que creamos en nuestro proyecto de vida, es decir, en nosotros mismos, despertaremos al gigante que dormita en nuestra alma, sacaremos fuerzas increíbles, brotará de nosotros el ser de vida que nos hará invencibles, que nos llevará a cumplir nuestras metas, seremos –aunque sea modesta– una luz en la tierra y una estrella más en el firmamento.

Eso del humor me recuerda a doña Ergástula, aquella viejecita soltera que tenía un perro French poodle que era toda su adoración. Cierta noche se le escapó, y cuál no sería su sorpresa que, atraído por la sexualidad de la Yuth, la perrita del vecino, fue a dar al patio de éste y en menos que canta un gallo ya estaban totalmente “enganchados”.

A esas horas de la noche le llamó a Javier García, el veterinario del pueblo:

––Doctor, mi perro, que es toda mi adoración, se ha quedado “enganchado” con la perra del vecino, ¿qué puedo hacer para separarlos?

––Dele unos escobazos a ambos –respondió amablemente el veterinario.

No habían trascurrido unos minutos cuando la ancianita volvió a llamar al veterinario, comentándole que los escobazos no habían funcionado.

––Pruebe aventarles una tina de agua fría –volvió a recomendar el veterinario.

A los quince minutos doña Ergástula volvió a llamar informándole que tampoco había servido dicho remedio.

––Por qué no prueba –dijo ya en tono molesto el veterinario–, decirle al perro que le llaman por teléfono.

––¿Y usted cree que funcione? –pregunta en tono ingenuo la viejecita.

––Conmigo –responde el veterinario–, ha funcionado tres veces esta noche.

filosofo2006@prodigy.net.mx

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