ADAPTACIÓN A LA ALTURA
Con el inicio de las eliminatorias olímpicas y de zona para el Mundial de futbol se retoman temas de interés con respecto a la adaptación del deportista en situaciones especiales como la altura. Se entiende por altura la elevación del terreno sobre el nivel del mar, ésta se clasifica como alta entre 2,438 a 3,658 metros, muy alta de 3,658 a 5,487 metros y extremadamente alta cuando es por arriba de los 5,500 metros.
Es importante señalar que a medida que la altura aumenta, la presión barométrica y la presión parcial de oxígeno disminuyen, lo que hace más lento el transporte de éste en la sangre. Este evento fisiológico influye directamente en la capacidad física en una actividad prolongada, en cambio facilita algunos eventos como los saltos y carreras cortas en el que el aire es un factor a vencer.
Entre los cambios fisiológicos que se presentan de manera inmediata se encuentran un aumento en la ventilación pulmonar. La frecuencia y el gasto cardiaco en reposo y en el ejercicio submáximo aumentan rápidamente. La extracción muscular de oxígeno alcanza su índice máximo.
Dentro de los cambios que se presentan a largo plazo se observa un aumento en la cantidad de glóbulos rojos (eritrocitos); en la actividad enzimática del proceso metabólico aeróbico; en la densidad capilar y mitocondrial en el músculo esquelético en parte por pérdida de masa muscular.
A nivel cerebral aumenta la leptina, lo que ocasiona pérdida del apetito, aumento del gasto energético y del tono simpático, al respecto deberá cuidarse el aspecto alimentación, ya que la pérdida de peso puede ser significativa.
Con respecto a la adaptación hasta los 1,500 metros no representa mayor problema durante los dos primeros días, entre los días tres y cuatro se presenta una ligera disminución de la capacidad física, y tiende a normalizarse al quinto día, esto con una buena base de preparación física. En alturas superiores a los 2,000 metros la capacidad aeróbica disminuye moderadamente y pueden presentarse alteraciones en la visión nocturna y funciones cerebrales complejas, la concentración máxima de oxígeno puede disminuir entre un siete y diez por ciento. El periodo de adaptación promedio puede tomar siete días y la adaptación completa hasta dos meses.
Arriba de los 2,500 metros la adaptación lleva un promedio entre 12 y 15 días, y se pueden llegar a presentar dolor de cabeza, mareo, náuseas, fatiga, respiración entrecortada, malestar general, pérdida del apetito y problemas de sueño, a este conjunto de síntomas se le denomina “mal de montaña” y puede presentarse entre las 12 y 24 horas de la llegada al sitio de competencia y aumentar en severidad al tercer día. Este problema es más frecuente en alturas superiores a los 3,500 metros.
Los problemas más graves pueden ser consecuencia de un aumento de la frecuencia respiratoria para tratar de igualar o compensar la demanda corporal de oxígeno y tener su explicación en principios físicos de fluidos, los cambios de presión pueden ocasionar el escape de líquidos de los capilares, llegándose a presentar edema cerebral y pulmonar.
Dentro de los medicamentos recomendados para contrarrestar los efectos de la altura se encuentran algunos que no tienen restricción en el sistema antidoping como la nifedipina, otros de mediana restricción beta bloqueadores que en algunos deportes se consideran como positivos, otros como la dexametasona caen en esta categoría por su vía de administración, otros como diuréticos y hormonas están completamente restringidos.
De los analgésicos, la aspirina tiene un efecto adecuado en prevención para el dolor de cabeza sólo en deportistas en reposo, con el ibuprofeno se obtienen buenos resultados con atletas en actividad.
El conocimiento de los eventos fisiológicos que se observan en la altura y el manejo de los recursos para la prevención y adaptación permitirán la actividad física. En el aspecto deportivo la altura sólo representara ventaja para el local, aunque con las medidas necesarias y una buena base de preparación física el visitante lo verá como un inconveniente más a superar. ¡Hasta la próxima!