EJERCICIO EN NIÑOS
La noticia de la posibilidad de reabrir el cauce del lecho seco del río Nazas nos remontó a algunos laguneros a nuestros años de infancia, en el que pasamos muchos domingos en las márgenes del antiguo río; dentro de esos recuerdos están los juegos que podíamos hacer en ese prototipo de canchas de usos múltiples, donde se organizaban desde partidos de futbol y beisbol hasta terminar en los clásicos “caballazos” para refrescarse en las aguas. Este hecho nos hace comparar a los niños de la actualidad, que carecen de estos espacios y cada vez se esclavizan más a la pantalla de la computadora o los juegos electrónicos en que no hay “necesidad” de mayor compañía y adversario que el aparato en cuestión.
Este tipo de vida condiciona al sedentarismo, y así observamos que en países en desarrollo, en que la desnutrición es uno de los problemas principales, el alto índice de obesidad infantil debería ocupar la atención de los sistemas de salud pública.
En la edad adulta la gordura se considera un factor importante de riesgo para enfermedades como hipertensión, enfermedad obstructiva de las arterias coronarias y diabetes mellitus tipo 2.
Los niños y adolescentes con obesidad son frecuentemente molestados y ridiculizados, lo cual produce aislamiento social y problemas de autoestima, en el aspecto médico esta condición se ha tomado en cuenta como factor importante de una frecuencia cada vez mayor de aparición de diabetes mellitus tipo 2 en este sector de la población.
Dentro de las causas de obesidad se han considerado a los factores hereditarios, sin embargo la carga genética es sólo una de las condicionantes, entre los que se han observado serias modificaciones a las costumbres nutricionales y a la actividad física, este último aspecto puede tener su explicación en falta de espacios y seguridad para la práctica de ejercicio al aire libre.
A pesar de que la reducción en la actividad física puede ser la causa principal de este problema mundial, la influencia de la sobrealimentación no debe pasarse por alto, la reeducación de los hábitos de alimentación es fundamental para lograr la reducción del peso corporal. La administración balanceada de los alimentos, en que se incluyan adecuadamente los grupos nutricionales, ofrecerá mejores resultados que únicamente la reducción del aporte calórico.
En el aspecto de la actividad física el incremento de ésta debe ser en forma gradual, se recomiendan ejercicios que impliquen movimiento y el cumplimiento de distancias (natación, caminata, ciclismo, patinaje, baile, etcétera) son las más recomendables. Al inicio las actividades acuáticas ofrecen la ventaja de que el peso del niño es soportado por el agua, lo que facilita el movimiento y disminuye la posibilidad de la aparición de lesiones físicas.
La influencia familiar es importante, si el niño observa en padres y hermanos hábitos de vida saludables, tendrá la tendencia a seguir el ejemplo, esto contribuirá a que el niño disminuya el tiempo frente a la televisión y computadora, conviva con su familia, estimule actividades al aire libre, y si no se observan resultados favorables, buscar el consejo médico. Se recomienda que las actividades elegidas sean divertidas, de manera que provoquen cambios permanentes en el estilo de vida. ¡Hasta la próxima!