¡Enhorabuena! Estimados amigos, qué buena forma de iniciar la semana con una noticia que ha causado beneplácito entre los aficionados taurinos, al darse a conocer el serial de novilladas que tendrán lugar en el Coliseo Centenario.
El sábado anterior, día en que se presentaron los carteles del serial novilleril, he tenido la oportunidad de intercambiar comentarios con varios amigos aficionados y se ha tomado con enorme satisfacción que se empiece a dar uso y continuidad taurina al moderno coso.
Entre los organizadores se observa un gran entusiasmo y se espera con ilusión el arranque el próximo primero de agosto en lo que será la primera novillada en la historia del Coliseo Centenario con novillos del matador en retiro Arturo Gilio y la inclusión de cuatro novilleros de los que se espera vengan a renovar la sangre taurina no nada más de La Laguna sino de todo México. El cartel inaugural se ve muy bien balanceado, destaca la presencia del capitalino originario del taurinísimo barrio de Mixcoac, Luis Conrado, quien tuviera una gran actuación en la Plaza Arroyo de la Capital de la República, en donde durante el desarrollo de su faena observamos a aficionados con lágrimas en los ojos conmovidos por el valor y entrega mostrados por este joven novillero. De igual forma podremos ver los adelantos de sus alternantes, el valenciano Sergio Cerezos, lo que le da un carácter internacional a estos festejos, y los connacionales Juan Pablo Sánchez y Luis de María.
Bien se dice que recordar es volver a vivir, y el inicio de este serial me lleva a invitarlos a formar una nueva generación de aficionados y a retomar las tradiciones taurinas; en su momento nuestra ciudad fue considerada por su importancia y el conocimiento de sus aficionados como plaza de categoría con capacidad para otorgar alternativas.
A mediados de los años setentas se trató de poner en vigor y de respetar el reglamento taurino distribuyendo en forma de volante algunas de las principales consideraciones que contempla el mismo. Entre algunas de éstas se destaca lo referente al trapío (peso, presencia, integridad y años de los bureles), en el desarrollo de la lidia, la interrupción de venta en los pasillos, así como el hecho de que a criterio de la autoridad, o por petición justificada del público, se ordene la ejecución musical de pasodobles (no de corridos, melodías regionales o gruperas), así como la detención de la misma a la hora de la suerte suprema. Con respecto a los matadores y novilleros cumplir adecuadamente con los tercios y tomar su puesto correspondiente en la lidia; en cuanto a premios el significado de los pañuelos, el blanco para una oreja y el verde para el rabo, la interpretación de clarines para avisos, y para el público tener en cuenta que tiene el privilegio de otorgar la primera oreja y de pedir por medio de pañuelos premios para los matadores.
Sería muy bonito retomar las costumbres de años atrás: cuando se exhibían los ternos a vestir por los alternantes en los aparadores de algunos negocios de la ciudad, así como el desfile de “Manolas” previo a la corrida, el olé respetuoso que acompañaba a cada paso a las damas hasta su lugar en los tendidos, y la llegada temprana a los patios de la plaza para gozar de la música de la banda, y lo mejor, reencontrarnos con viejos amigos. ¡Hasta la próxima!
