Olimpismo
Amigos lectores, estamos en plena semana del inicio de los Juegos Olímpicos de Beijing en los que por la marcada diferencia de horarios difícilmente tendremos la facilidad de ver en vivo el desempeño de nuestros atletas.
Se despierta una serie de controversias y dudas sobre la posibilidad de una participación exitosa de nuestros deportistas y, como es costumbre, una vez concluida la máxima justa deportiva no faltará quien opine en forma “magistral” sobre la problemática en la preparación de nuestros deportistas, y los que se subirán al carro de la victoria, si ésta se llega a dar, y de no presentarse, los que se regocijarán con el clásico “se los dije”. De igual forma, deportistas que en la embriaguez de un buen o mediano papel y que después de años de gozar de los beneficios de una beca deportiva se declararan no apoyados.
En la semana recién concluida, previo al viaje de nuestro representativo, me llamó la atención la declaración del encargado de la delegación que menciono, que son sus segundos Juegos Olímpicos y que “tal vez los últimos, porque está muy fuerte la grilla”, esto ejemplifica la esencia de la formación deportiva en nuestro país.
Es necesario cambiar el escenario de la formación y tendríamos que empezar por las bases, que de verdad esta participación sea provechosa en el sentido de la enseñanza y que no nos quedemos contemplando y platicando lo que tiene x o z delegación, que aprovechemos al máximo los recursos que nos fueron proporcionados para la preparación y que con resultados estemos en posición de exigir un mayor apoyo y recursos para competencias futuras.
En estas competiciones siempre obtenemos y observamos avances en los aspectos de la preparación física y de la medicina deportiva, recordemos que los Juegos de México 68 prácticamente marcan el inicio formal de la lucha antidoping. Caerán viejos records y surgirán nuevas figuras para la historia del olimpismo.
Es claro que si queremos mejores deportistas se hace necesaria la integración al plan general de educación de un mayor número de horas clase dedicadas a la promoción de la actividad deportiva, de las que se obtenga provecho real, que se apoye y promueva la educación física, que tengan facilidades para su actualización y que su presencia no sea sólo para montar los desfiles (cada vez más raquíticos y escasos) de alguna fecha patria. Por lo pronto, deseamos éxitos a nuestra delegación. ¡Hasta la próxima!