¡Lo hizo!
Estimados amigos, qué maravilla es el deporte, gozando del gran espectáculo de los Juegos Olímpicos quedamos sensibilizados a la apreciación del esfuerzo de los atletas participantes, ya muchos records han caído y quedan para la historia.
Todos los Juegos Olímpicos han tenido una figura sobresaliente a la élite de deportistas ganadores de medalla y los presentes lo han encontrado en la figura de Michael Phelps, su hazaña, que asombra a propios y extraños, es resultado de años de entrenamiento, dedicación y esfuerzo constante. Se observa en su desempeño una concentración total, en algunas de las tomas previas a su participación destacaba su alto grado de concentración, aún consciente del momento histórico que le esperaba.
Su primera participación en Juegos Olímpicos (Sydney 2000) a los quince años sirvió de gran experiencia, ya para los Juegos de Atenas 2004 dio inicio su supremacía con una marca de ocho medallas (seis de oro); a su participación actual acompañará de por vida la polémica de su triunfo en los 100 metros mariposa sobre el serbio Milorad Cavic (50.59), sin embargo los avances técnicos permiten avalar su victoria por apenas una centésima de segundo (50.58).
No obstante, el logro de Phelps es producto de la perseverancia, desde Atenas 2004 su objetivo era superar la marca de su compatriota Mark Spitz, y si no lo logró es porque únicamente fue superado por Ian Thorpe (otro monstruo de la natación) en los 200 metros libres, y por haber dejado su lugar a su compañero de equipo Ian Crocker en los relevos 4x100, su octava medalla fue por su participación por equipo.
En las competencias previas a los Juegos de Beijing hay que reconocer su destacada participación en los mundiales de Indianápolis, Montreal y Melbourne. En este último mundial (2007) su participación representó un adelanto de lo que nos esperaba en Beijing al ganar siete medallas de oro y establecer cinco marcas mundiales.
Es justo mencionar al jamaiquino Usain Bolt, un joven que apenas el próximo 21 de agosto cumplirá 22 años, y que por su estatura de 1.93 metros y 76 kilogramos de peso no parece ser el prototipo de la prueba reina de la velocidad, de verdad se divierte y se da el lujo de festejar aún antes de llegar a la meta, y que ante la pregunta de ¿qué se siente ser el hombre más veloz del mundo? responde “Yo ya era, sólo vine a ser campeón olímpico”, y todavía queda pendiente su actuación en los 200 metros. Por esto, amigos lectores, les reitero las líneas con que inicié esta columna, ¡qué maravilla es el deporte! ¡Hasta la próxima!