En la Cámara Baja, hay 500 diputados, alrededor de mil asesores y miles de empleados, pero sólo cinco personas encargadas del conmutador general de San Lázaro. (Archivo)
Sólo cinco operadoras atienden el conmutador, al que entran en promedio 40 llamadas por minuto durante las sesiones.
Si usted quiere comunicarse a la Cámara de Diputados, su tarea será casi heroica. Desde diciembre pasado no hay manera de hablar con una operadora que ayude a los ciudadanos a comunicarse a una de las más de 3 mil extensiones. Así, si usted no sabe el número que debe marcar, la grabación le dirá adiós.
“Está llamando a la Cámara de Diputados; por el momento el servicio de operadoras no está disponible. Si conoce el número de extensión, marque en este momento y el operador automático hará la función de transferir su llamada; por su atención, gracias”.
Ese es el mensaje que se escucha al marcar el teléfono de la Cámara de Diputados (56-28-13-00) con la intención de comunicarse a la oficina de algún diputado, área administrativa, comisión o comité.
Es la Cámara Baja, donde hay 500 diputados, alrededor de mil asesores y miles de empleados y sólo cinco personas encargadas del conmutador general de San Lázaro, que al momento de tomar una llamada manda automáticamente el resto de los enlaces a la grabación recurrente.
No hay un menú de presentación, no se aportan las extensiones de los grupos parlamentarios ni de ningún área interna. Prácticamente dejan la llamada a la buena de Dios.
Así, difícilmente un ciudadano común y corriente en busca de contactar a su diputado, logra que una de las cinco operadoras le responda el teléfono y le ayude a comunicarse a alguna extensión.
El número de extensiones telefónicas en San Lázaro llega a más de 3 mil, una cantidad considerable si se toma en cuenta el número de sólo cinco operadoras que atienden las 40 llamadas promedio que entran por minuto, en tiempo de sesiones.
Es decir, que en un día ajetreado, un día de sesiones —martes o jueves— se reciben alrededor de 30 mil llamadas en un lapso de 12 horas.
Las cinco trabajadoras sindicalizadas trabajan de 9 de la mañana a 3 de la tarde; y dos de ellas amplían su turno de 5 a 7 de la tarde.
Los empleados sindicalizados ya regresaron de vacaciones, por lo que no debe estar nadie fuera de sus áreas laborales, pero aún así, en el conmutador “nadie está disponible” para atender a la gente que llama al recinto legislativo.
A la hora de la comida y después de las siete de la noche, es imposible que alguien lo oriente en su búsqueda por llamar a alguna oficina de la Cámara Baja.
Y a pesar de que cinco personas laboran en esa área, hay momentos en el día en que los teléfonos suenan sin que nadie les haga caso, a excepción de una grabadora que ofrece al interesado comunicarlo a alguna de las tres mil extensiones.
Personal del área de Tecnologías de la Información, entrevistado sobre el tema, reconoció que llevan años pidiendo personal competente, operadores que puedan atender las llamadas y comunicar a la gente con voluntad y amabilidad.
Pero las áreas administrativas en San Lázaro no responden a la solicitud.
Además de que es reducido el número de empleados en conmutador, se trata de personal sindicalizado y por ende no trabaja más del tiempo estipulado; tienen varios periodos de vacaciones, como marca la Ley, prestaciones para transporte y días de descanso adicionales.
Así, a los diputados federales es casi imposible encontrarlos. No hay otro vínculo que permita un acercamiento con los legisladores.
A excepción de la Unidad de Transparencia, la cual es confundida por la ciudadanía como un espacio de comunicación abierto con los diputados y termina desperdiciando su tiempo en la búsqueda por comunicarse con los legisladores.
