La compañía regresó a la Ciudad de México a entrenar para comenzar lo que será su reto más importante en los próximos meses: el Proyecto Fibonacci. (Fotografía de Érick Sotomayor)
Una enorme ventana al mundo onírico fue lo que logró el grupo Cirko de Mente el jueves en las instalaciones del Teatro Isauro Martínez, dentro del marco del Festival Artístico Coahuila 2008.
La búsqueda de unos simpáticos zapatotes azules dio lugar al espectáculo Regresa a mis Pies, una sátira social que de entrada parecería como sacada de una pesadilla en tono sepia y que de pronto se convierte en un sueño de verdadera belleza en donde las pequeñas cosas cobran un gran sentido.
Con un principio algo flojo, los actores arribaron al escenario ante un público atento a cada uno de sus movimientos, conforme pasó el tiempo la propuesta fue subiendo de intensidad, equilibrio, tablas, divertidos juegos con el cuerpo comenzaron a lograr la risa del público, y aunque las acrobacias aéreas no fueron lo mejor logrado de la noche, si es destacada la manera en que estos jóvenes han logrado un espacio en el escenario con gran profesionalismo y amor por lo que hacen, que le apuestan al cien por ciento a la actividad que les propicia un crecimiento interior, hacer lo que más les gusta en el mundo a pesar del riesgo, y mucho de eso es lo que toca la obra.
Personajes masculinos que parecían flotar en el aire y subir escaleras de las formas menos convencionales, y momentos mágicos como el juego de las burbujas en el que hasta lavar ropa se convierte en todo un placer cuando comienzan a aparecer las burbujas, que representadas por unas pesadas pelotitas de cristal demostraron la calidad en el manejo de la técnica pues parecían auténticas burbujas de jabón, traslúcidas y mágicas que regalan un momento inolvidable e infantil al espectador de cualquier edad.
Hacen su cirko ‘por necesidad’
En entrevista previa, Andrea Peláez coreógrafa, artista y co-directora de este mágico espectáculo, comentó que la idea de crear esta compañía de circo contemporáneo surgió hace cinco años “de la necesidad de fusionar las artes escénicas con elementos circenses que nos permitan generar metáforas, hacer poesía en el escenario a través de técnicas que te permiten volar, hacer magia con los objetos y saltar de maneras distintas, entonces, finalmente lo que supone el circo contemporáneo es una fusión en la que el resultado del espectáculo es básicamente la danza entre las diferentes disciplinas tanto circenses como escénicas”.
Lo que más disfruta cuando llevan a escena uno de sus trabajos es: “en primer lugar el asombro, que la gente pueda ver algo que no se espera ver, que resulte gratamente sorprendida y finalmente el arrancar ese aplauso que comúnmente en los espectáculos de danza o teatro no son tan frecuentes durante el transcurso de la obra, pero los actos al estar cargadas de este aspecto circense lo que hacen es que el público de pronto estalle en carcajadas o de pronto aplauda de forma efusiva y esa relación tan cercana y ese ‘feedback’ constante entre el público es lo que me encanta descubrir”.
Como trabajan técnicas circenses y corporales que demandan una disposición especial, lo que hacen antes de cada espectáculo es un duro trabajo físico, un calentamiento actoral que consiste en recorrer el escenario, sus espacios, “cargarse de este nuevo ser al que le damos vida” y por supuesto se trabaja la concentración al máximo pues explicó la directora de la compañía. Cada espectáculo del Cirko de Mente es una demanda bastante alta para sus participantes, por eso ensayaron desde las cuatro de la tarde en el TIM antes de la función.
Todos los integrantes del Cirko cuentan con una amplia formación pese a que en México no hay una escuela formal de circo, por lo tanto los ‘dementes’ han logrado aprender todo lo que presentan en el escenario viajando fuera de México, entrenando en circos, pues dentro de la formación existen elementos que hacen del actor del espectáculo contemporáneo circense un artista integral que combina la danza, el teatro, la música, etcétera.
Tras su presentación en La Laguna la compañía regresó a la Ciudad de México a entrenar para comenzar lo que será su reto más importante en los próximos meses: el Proyecto Fibonacci “que hacemos en colaboración con la compañía Les 7 Doigts de la Main, de Québec, Canadá y con la compañía del Polo Norte que se llama Art Cirque”.
