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CONTEXTO LAGUNERO

Batalla que no debemos perder.

JUAN MANUEL GONZALEZ.

En México existen mas de 33 millones de personas mayores de 15 años en rezago educativo, de las cuales seis millones son analfabetas, 10 millones no terminaron su educación primaria y 17 millones no terminaron su educación secundaria. A pesar de que al INEA, del año 2001 al 2004, se le incrementó el presupuesto de dos mil millones a tres mil millones de pesos, solo se atendieron a 1.3 millones de personas en lugar del millón que apoyaban.

En el campo mexicano, de los ocho millones de jóvenes rurales que existen en México, y que representan el 24 por ciento de la población juvenil, 48 por ciento son hombres y 52 por ciento mujeres (Centro de Investigación y Estudios sobre la Juventud/Instituto Mexicano de la Juventud, Encuesta Nacional de Juventud) quienes, de acuerdo con este estudio, conforme aumenta su nivel de educación, estas mujeres están cada vez menos condenadas a dedicarse a labores del hogar.

Este estudio revela que el 48.8 por ciento de los jóvenes rurales tiene la primaria terminada mientras que solo un 37.1 por ciento terminó la secundaria y sólo un 8.3 por ciento de ellos concluyeron la preparatoria o el bachillerato y quienes terminaron el nivel profesional representan el 1.7 por ciento.

En México, (Censo General de Población 2000), más de la mitad de la población de 15 anos y más se encuentra rezagada en lo que se refiere a educación, es decir no cuenta con la secundaria terminada. La educación secundaria constituye en nuestro país el límite inferior necesario para cubrir los requerimientos educativos que la sociedad considera educación básica.

La palabra rezago es un sinónimo de atraso. Su fuerza simbólica nos coloca en el fracaso educativo, la educación básica se debe considerar como un bien público porque promueve la formación de individuos reflexivos, autónomos y racionales, capaces de integrarse a la vida pública como aportantes en la sociedad. La educación define ganadores y perdedores. La educación básica es una certificación de que los individuos y sus grupos cumplen con “la marca” mínima impuesta para tener la posibilidad de entrar y mantenerse en la competencia. Es por ello que el rezago educativo constituye un problema, un serio problema. De acuerdo con las leyes de la competencia, quienes compiten deben clasificar para entrar al “juego”, para, por lo menos, comenzar como iguales y no estar en desventaja, de otra manera no puede haber competencia, en esto radica la justicia del mercado. Las personas con rezago educativo son considerados como incompetentes y por tanto, la consecuencia es la exclusión, la falta de oportunidades de desarrollo.

En México se requieren nueve años de escolaridad para contar con la educación básica. Quienes son mayores de 15 años y no cuentan con este nivel de estudio son considerados en condición de rezago educativo. Para la fecha en que se levanto el último Censo de Población (2000) más de la mitad de este conjunto de población formaba parte del rezago. Debido a este atraso educativo, en los escenarios internacionales México y los mexicanos son calificados de pobres y rezagados. El volumen del rezago educativo es indicador del grado de vulnerabilidad que tienen el país y su población ante la actual competencia económica.

Las razones más mencionadas del rezago educativo son la inasistencia y la deserción escolar de niños y jóvenes. A la pregunta ¿cuál es el motivo por el cual actualmente no estudias? Los jóvenes de 12 a 19 años en rezago educativo contestaron: 29% no me gusta estudiar, 22% no tengo recursos, 17% tengo que trabajar, 7% matrimonio o embarazo, 25% otros motivos, no había escuela, reprobé, mi familia no me dejó, etc. (CIEJ/IMJ, Encuesta Nacional de Juventud). Entre los motivos mencionados, las respuestas “no tengo recursos” y “tengo que trabajar” se encuentran clara y directamente asociadas con la pobreza. Estos dos motivos juntos, representan casi el 40% de los motivos por los que dejaron la escuela los jóvenes que se encuentran en rezago educativo. Este resultado recuerda que, en un país pobre como México, para remontar el rezago educativo no es suficiente con que todos los niños tengan acceso a la educación. También se requiere atender necesidades de las familias para dar a los niños las condiciones necesarias para la asiduidad.

A quienes tenemos el privilegio de contar con educación más allá de la básica, nos debería preocupar, y mucho, el alto porcentaje (29%) correspondiente a la respuesta “no me gusta estudiar”. Ello indica que la educación carece de significado para muchos jóvenes que consideran a la escuela como aburrida e innecesaria. Será necesario ir más allá y determinar el por que tantos jóvenes no quieren ir a la escuela. Una vez determinadas las razones principales de esa aversión por la escuela, debemos aportar para que los jóvenes, en particular los de arraigos culturales indígenas o los de familias pobres tengan un vínculo moral con las escuelas para que deseen construirse y auto-realizarse como estudiantes.

Desafortunadamente, los jóvenes de familias pobres asisten a escuelas pobres, reciben contenidos educativos pobres y, consecuentemente, suelen responder a lo que la sociedad espera de ellos: se comportan como alumnos pobres: su rendimiento escolar es problemático y se mantienen en el rezago, salvo honrosas, muy honrosas excepciones. Por ello no debemos sorprendernos de que los jóvenes mexicanos declaren tener poca confianza en las instituciones. Al pedirles que escogieran tres instituciones que les inspiraran confianza, los resultados obtenidos fueron los siguientes: Familia 32.7, Iglesia 22.4, Escuela 21.1, Gobierno 6.3, Medios de Comunicación 6.1, Ejercito 4.1, Ninguna 2.0, Agrupaciones Ciudadanas 1.6, Sindicatos 1.6, Partidos Políticos 1.1,

Congreso 1.0 . (CIEJ/IMJ. ENJ.).

Para remontar el rezago educativo se requiere atacar la pobreza, las instituciones, sobre todo las educativas, deben ganarse la confianza de los jóvenes. Tal vez para muchos suene utópico, pero las escuelas deben impartir la mejor educación a todos: ricos, pobres, mujeres, hombres, indígenas, no indígenas o cualquiera otra clasificación poblacional. Todos, deben tener la seguridad de que la educación que reciben es la mejor ya que de otra manera difícilmente el esfuerzo de ir a la escuela cobra sentido y por eso el rezago educativo nos gana la batalla.

Correo electrónico: jgonzalez2001@hotmail.com

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