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Montreal.- La crisis financiera global que estalló en 2008 sigue extendiéndose a las economías, el comercio y todas las áreas posibles, lo que ha llevado a expresar a respetados economistas que las cosas pueden empeorar antes de empezar a mejorar.
De una crisis en la rama de hipotecas subprime en Estados Unidos que comenzó en 2006 y se agravó en 2007 se pasó a una que afectó al sistema financiero global, provocando una contracción del crédito que atascó las economías y ahora el comercio internacional.
Las economías emergentes, que se pensaban estarían al abrigo de esta crisis, no saldrán indemnes y sufrirán, en mayor o menor medida, los coletazos de la contracción del crédito, de las bajas de precios de las materias primas y del bajón del comercio mundial.
Esta crisis y las "creativas" soluciones para contenerla adoptadas por la Reserva Federal y el Tesoro de Estados Unidos pueden reservar otras "espantosas" sorpresas, como anticipa el inversor y analista financiero Jim Rogers.
Rogers, uno de los ocho economistas a los cuales recurrió la revista Fortune para sus "ocho predicciones realmente espantosas", alerta sobre la formación "de la última burbuja que puedo identificar en Estados Unidos": los bonos del Tesoro.
A la opinión de Rogers se agrega la del economista David Rosenberg, de Merrill Lynch, para quien la demanda de bonos del Tesoro alcanza ya la fase de burbuja, como las acciones de las tecnológicas en el 2000 y los bienes raíces en 2006.
Lo que el gobierno de Estados Unidos ha hecho hasta ahora, dice la economista Meredith Whitney de Oppenheimer & Co., es frenar la hemorragia, y los cambios de estrategia para enfrentar esta crisis no han resuelto nada ni cambiado algo fundamental en el sistema.
'¿Qué pasará en 2009? Francamente, dejemos de lado adelantar lo que sucederá en el año próximo cuando es difícil para mí anticipar lo que sucederá la semana próxima", dice Whitney, una de quienes detectaron las fisuras en el sistema financiero de Wall Street.
La situación económica será peor que lo que la gente se imagina.
La principal cuestión será el gasto de consumo. Si 2008 se caracterizó por el mercado financiero impactando la economía, entonces 2009 se caracterizará por la economía impactando el mercado, según Whitney.
Bill Gross, fundador de PIMCO, el más importante fondo mundial de bonos, dice que la culpa de esta crisis no reside exclusivamente en las hipotecas subprime, sino en una era de multiplicación del crédito encarnada en la idea de un crecimiento infinito.
Se creyó, dice Gross, que el crecimiento económico era y sería una certidumbre en no importa qué lugar, y que nunca bajarían los precios de los haberes.
La salida de esta crisis, según Gross, depende de la habilidad de Obama para rejuvenecer los "espíritus animales" del capitalismo sustituyendo la mano invisible de Adam Smith con el benevolente puño del gobierno, pero -alerta- "el camino hacia la recuperación será traicionero".
El economista Robert Shiller, de la Universidad de Yale, y co-fundador de MacroMarkets recuerda, en Fortune, que la volatilidad y los datos económicos actuales son comparables a los resentidos durante la crisis de los años 30.
Aunque se dice optimista "de que esta vez actuaremos mejor", Shiller se preocupa porque "somos vulnerables'.
'Una de las lecciones de la (Gran) Depresión es que las brazas pueden arder largo tiempo. Lo que me preocupa ahora es que nuestra confianza ha sido dañada, y eso es difícil de restaurar", según Shiller.
Para Nouriel Roubini, economista de la Universidad de Nueva York y de RGE Monitor, la explosión de la burbuja del crédito causará la peor recesión del último medio siglo, que afectará a todo el mundo, incluyendo a los mercados emergentes.
Todavía no se ve el fondo de esta crisis y "para la gente ordinaria las cosas serán horribles" porque esta recesión afectara todo el 2009, escribió Roubini.
Agregó que la recuperación en 2010 y 2011 -si hay una-, será tan débil, con crecimientos de 1.0 a 1.5 por ciento, como para ser sentida como una recesión, con una tasa de desempleo en el 9.0 por ciento en 2010 y los precios de las casas bajando otro 15 por ciento, para totalizar una caída de 40 por ciento.
Sheila Bair, presidenta de la Corporación Federal de Seguros de los Depósitos (FDCI, por su siglas en inglés), dice que desea, cuando se salga de esta crisis, que la sociedad "regrese a las cosas básicas".
Lo básico, agregó, es que los bancos y otras instituciones de préstamo regresen a promover el crecimiento real y los valores de la economía a largo plazo.
Mediante esta transformación, según Bair, las familias estadunidenses podrán redescubrir la paz mental de la seguridad financiera lograda mediante el ahorro y la inversión bien aconsejada.
Para Sheila Bair se debe "retornar a la cultura de la frugalidad que mi madre y su generación aprendieron de manera dura a través de años de trabajos y privaciones. Estas son las lecciones que la actual crisis nos está enseñando".
Los economistas reconocen que no es posible, por el momento, evaluar los efectos actuales y futuros de esta crisis sobre los hogares e individuos, sobre el sistema de pensiones y las finanzas de municipalidades, estados y provincias de los diferentes países.
Como señaló Bair, una funcionaria estadunidense que se atrevió a criticar los planes de salvataje de la Reserva Federal y del Tesoro estadunidenses orientados exclusivamente al sector financiero, la actual crisis puede llegar a ser un parteaguas.
Un parteaguas socioeconómico y no sólo puramente económico, pero eso dependerá en gran medida de cómo el presidente electo Barack Obama encare, a partir del 20 de enero, y con 'el benevolente puño del gobierno', esta crisis y sus consecuencias.