EDITORIAL Caricatura editorial columnas editorial

Continuación... Equilibrio o Extinción

A LA CIUDADANÍA

Magdalena Briones Navarro

Quedamos en el artículo anterior en que los grandes y poderosos animales de hace 10 mil años se extinguieron sin reemplazo, lo que no ocurrió con animales más pequeños cuyas pérdidas no fueron suficientes para liquidar todas las especies, incluyendo al hombre quien quizá como cazador de grandes piezas fue uno de los motivos de tal extinción. A esto se sumó otro cambio climático, otra glaciación.

Extinguidos lo grandes herbívoros y sus terribles predadores, sus nichos, por ejemplo los pastizales, quedaron a disposición de pequeños herbívoros u omnívoros como el hombre, quien flexible pudo usufructuar de otros alimentos: moluscos de río, aves, insectos, frutas, semillas, etc. Las especies que se ajustaron, prosperaron durante un período de entre 5 a 6 milenios. Recientemente una nueva ola de destrucción ha amenazado, con tasas de extinción al alza en el último medio siglo poniendo en peligro de desaparecer a una gran cantidad de especies de plantas y animales. ¿Causas?, la intervención del hombre como mayor agente, influyendo en los ecosistemas naturales de varias maneras: a) El asombroso crecimiento poblacional de la especie humana ha ido invadiendo espacios a comunidades vegetales y animales, privándolas de su sustento natural, y b) la contaminación de aire, agua y suelos producida por el uso humano de carburantes y energéticos, insecticidas, pesticidas, la producción increíble de basura, no toda orgánica y de difícil degradación; la sobreexplotación de bienes naturales, matanzas progresivas de especies por afanes lucrativos de lujo como los trofeos deportivos, los satisfactores de modas y hasta la venta de sólo parte de un animal, como es el caso del cuerno de rinoceronte al que se atribuyen poderes mágicos.

En la competencia por la comida, el hombre piensa que lleva las de ganar. No hay tal. Sí ha logrado métodos muy eficientes para explotarlo todo, lo que no ha logrado es el equilibrio numérico y de calidad entre su propia especie y las demás. Si ello continúa, será imposible la sustentabilidad de la vida en el planeta, pues aparecen niveles límite de sobrevivencia, tanto por sobrepoblación como por elevada disminución de las especies.

El hombre come casi de todo, lo que supone una ventaja, pero también al representar un alto nivel o el más alto en la cadena alimenticia actual, acumula muchísimos más tóxicos que otras especies y aunque se ha reproducido sin medida, los animales pequeños (roedores, insectos y otros) tienen tasas de reproducción mucho más altas. Hace 50 años se calculaba que en el D.F. la proporción de ratas por persona, era de 11 a uno. Hoy, se estima un aumento de 35 ratas por habitante.

Por otra parte, también se pierden ganancias cuando el hombre interfiere con las especies más equilibradas con su medio. Cito ejemplo:

“La destrucción de especies que prueba pérdidas está ocurriendo entre los herbívoros de las sabanas africanas… En muchas partes los animales que pacen por naturaleza, han sido desplazados por dar cabida a ranchos ganaderos. Pero las vacas no pueden utilizar el pasto tan eficientemente como las heterogéneas manadas de los ganados africanos (originales). Los ganados domésticos tienden a sobrepastorear las superficies húmedas y por añadidura son susceptibles a muchas enfermedades, especialmente la del sueño. El resultado es que una sabana intocada es capaz de producir anualmente de 24 a 37 toneladas de carne por kilómetro cuadrado si alberga animales salvajes, mientras que los mejores pastizales para ganado en África pueden rendir solamente 8 toneladas de carne por kilómetro cuadrado por año. Sin embargo, a nombre del progreso agrícola, muchos ungulados están amenazados por la extinción y otros grupos de diferentes tamaños han sido sustancialmente reducidos”.

Otro tanto ocurre con la depoblación de bosques, trágicamente en los tropicales y las junglas, donde los suelos generalmente pobres, sin vegetación son fácilmente deslavados por las abundantes lluvias. Sin suelos, la vegetación original es difícilmente restituible y las siembras para forraje prosperarán, si acaso, por uno o dos años.

“El estudio de la Ecología y del ambiente nos enseña una lección: que las perturbaciones en un extremo del balance delicado de las interrelaciones de la vida, puede sacudir la estructura completa…. Es muy difícil predecir con seguridad qué ocurrirá en un sistema dado cuando una o más de sus especies se han extinguido… pero es tonta la persona que participa, tolera, alimenta o ignora la innecesaria destrucción de especies, argumentando que ningún mal efecto sobrevendrá solamente porque ninguno es obvio en el presente... Los acontecimientos a nivel de los ecosistemas pueden tomar años, siglos o milenios. Lo que hemos heredado del proceso evolutivo es ciertamente más estable y rico que lo que nosotros podemos producir con destrucciones desatinadas”.

Fuentes: John Malam y Steve Parker. Enciclopedia de los Dinosaurios y otras Criaturas Prehistóricas. Ed. Parangón, Barcelona 2004.

Amos Turk y otros. Cap. 3 en Enviromental Science. W.B. Saunders Company, Philadelphia 1974.

Leer más de EDITORIAL

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de EDITORIAL

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 393034

elsiglo.mx