Nosotros Las palabras tienen la palabra VIBREMOS POSITIVO Eventos

CONTRALUZ

ORO EN CASA

María del Carmen Maqueo Garza

En días pasados se llevó a cabo en Palacio Nacional la firma del Acuerdo Nacional por la Seguridad, la Legalidad y la Justicia; presidido por Felipe Calderón, el evento reunió a los representantes del orden, gobernantes y legisladores así como empresarios, en la búsqueda de una urgente concertación. La voz que más alto se dejó escuchar fue la de Alejandro Martí, padre del niño Fernando brutalmente asesinado, quien reclamó en nombre de la sociedad civil lo que cada uno de nosotros siente dentro y solamente se atreve a murmurar. Los diversos sectores se comprometieron en una lucha frontal en contra de la inseguridad.

Por mera coincidencia en esta misma semana México obtiene en Beijing dos medallas de oro en el Tae Kwon Do, Guillermo Pérez y María del Rosario Espinoza se fueron imponiendo paso a paso hasta conseguir ascender al podio olímpico, y a mí que me fascina tejer analogías, veo la inseguridad por un lado, y las medallas por el otro, y digo “sí se puede”. Mi hijo dedicó toda su infancia y pubertad a la práctica del TKD, sé con conocimiento de causa que en esta disciplina no hay improvisaciones, que las cosas no salen bien “de chiripazo”, y que el logro de una presea va directamente en proporción al trabajo. Mi retoño entró muy pequeñito a esta disciplina, y nunca dejaré de reconocer en los maestros la forma gentil pero enérgica de disciplinarlo, lo que, dicho sea de paso, ha sido fundamental en su formación integral. De este modo yo sé que el triunfo de los jóvenes en Beijing es el resultado de mucho trabajo, de grandes porciones de fe, de un inmenso sacrificio; es el esfuerzo conjunto del deportista, de su familia, de maestros y entrenadores; es producto del trabajo constante y honesto de cada día. Es vivir con un objetivo en mente, comer, dormir y soñar con él, y no descansar hasta alcanzarlo.

Así como vi a mi hijo aquel primer día cuando ingresó al TKD con un uniforme tan largo al que tuve que hacer una gran bastilla, y lo vi avanzar día con día hasta convertirse en cinta negra, así veo a México en estos momentos, frente a un gran reto que va a tomar tiempo, dedicación y trabajo conjunto para sacar adelante. Del mismo modo como la familia apoya con todo al pequeño que va a su primer torneo, y sigue haciéndolo cada vez que compite, girando en torno a la figura del deportista, igual nos corresponde como sociedad civil, como autoridades o guardianes del orden comenzar a reconstruir la destrozada seguridad pública. Queremos que nuestros niños puedan salir a los parques sin temer por ellos; que nuestros jóvenes vayan a divertirse sin sentir que corren un riesgo de muerte cada vez que salen. Queremos saber que en el trato de unos con otros prevalece el sentido común y no la fuerza bruta; que se reconoce y se aprecia la consecución de un oficio honorable para ganarse la vida.

Yo me permito llamar la atención de nueva cuenta en un sentido: Hasta ahora estamos queriendo atacar el problema por las ramas y no de raíz; las condiciones que prevalecen en las calles tienen su origen en casa, en la dinámica familiar; está en las manos de cada hombre y de cada mujer en su papel de padres, prevenir los problemas que se detonan en el exterior. Si yo proveo al hijo de lo necesario para que se proponga luchar por ganarse un lugar dentro de la sociedad como persona de bien, alejado del canto de las sirenas, y así cada uno, nuestro México va a enderezar la nave.

En una entrevista realizada a Marcelino Espinoza, papá de María del Rosario, dijo algo que me resultó iluminador: “Sabemos lo que tenemos en casa”; él se refería a que sabe lo que vale su hija; yo lo enfoco desde otro ángulo. Como padres conocen a la chica, se han aplicado en apoyarla pese a las limitaciones económicas de una familia de pescadores que a veces no tuvo lo suficiente para comer. Lejos de desanimarla a seguir sus sueños pugnaron porque los viera realizados, y ahora comparten ese oro que corona la larga lucha; saben que en casa tienen lo necesario para convertirla en una triunfadora.

Los medallistas provienen de dos de los estados más contaminados por las redes del narcotráfico: Michoacán y Sinaloa. Hoy estos jóvenes se alzan como la garza que cruza el pantano sin manchar una sola de sus plumas; han triunfado, son un ejemplo palpable de fe y tenacidad. El resto de los mexicanos: ¿Estamos dispuestos a emprender una lucha permanente, sin tregua, por nuestro país? ¿O colgamos la toalla desde ahora y nos dejamos morir sin intentarlo?...

maqueo33@yahoo.com.mx

Leer más de Nosotros

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de Nosotros

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 374119

elsiglo.mx