Reclusas del Centro de Readaptación Social de La Mesa, en la ciudad de Tijuana, durante un motín, días después de otro levantamiento de presos en este penal. (Notimex)
A 72 horas de que un grupo de reos protagonizó un motín en la penitenciaría de la delegación La Mesa en Tijuana, ayer resurgió la violencia al registrarse un nuevo intento de rebelión, con saldo de por lo menos tres muertos y un número indeterminado de heridos, según testigos.
Sin embargo, Daniel de la Rosa Anaya, titular de la Secretaría de Seguridad Pública estatal, aseguró que no hay fallecidos, sólo heridos “leves”.
Al filo de las 13:30 horas, tiempo del Noroeste, mientras familiares exigían informes sobre los internos, ya que a raíz del motín del domingo pasado ninguna autoridad se los ha proporcionado, reclusos que se encontraban en el ala Este de la cárcel, lanzaron piedras y rompieron vidrios con tubos. Éste fue el detonante de la violencia.
Dentro del penal inició un tiroteo, lo que provocó reacciones violentas en la calle, donde familiares tiraron piedras y diversos objetos a los guardias y policías, quienes a su vez hicieron disparos al aire y lanzaron gases que afectaron a familiares y a policías.
Luego de un tiroteo que se prolongó por más de dos horas en el interior del penal, con la participación de agentes de la Policía Federal (PF), del Estado y Municipal, la situación quedó controlada al someter a cientos de internos que fueron concentrados en uno de los patios de las instalaciones penitenciarias.
Aseguran que no hay víctimas
A pesar de que testigos aseguraron haber visto tres cuerpos de las víctimas mortales, el secretario de Seguridad Pública estatal, Daniel de la Rosa Anaya, aseguró que no hubo fallecimientos, sólo “algunos heridos leves”.
Aunque las autoridades estatales habían asegurado que la situación estaba bajo control, el procurador de los Derechos Humanos de Baja California, Francisco Javier Sánchez Corona, había advertido media hora antes de que resurgiera la violencia del riesgo de que ocurriera un nuevo motín.
El ombudsman denunció que persistía la desatención a los reclusos, incluso más de 300 de ellos se encontraban heridos o enfermos sin recibir atención médica, mientras sus familiares permanecieron tres días sin recibir información de lo que ocurría en el penal.
Esta situación llevó a la desesperación extrema tanto de internos como de sus familiares, por lo que Sánchez Corona había advertido que la situación era muy tensa, incluso peligrosa, pues ya se gestaba otro brote de violencia que resurgió al filo de las 13:30 horas de ayer.
El motín del domingo
La tarde del domingo pasado, un grupo de internos inició un motín para protestar por el asesinato de un recluso a manos de custodios mediante golpes y torturas.
Era día de visita, por lo que sorprendieron a varios custodios para tomarlos como rehenes; también se apoderaron de casi todo el penal donde se atrincheraron e iniciaron varios incendios para exigir que mejorara su situación.
Al final de la jornada violenta que se prolongó por seis horas, cientos de internos fueron trasladados en autobuses a penales de otras entidades.