Pakistán comenzó a desplazar miles de efectivos desde la frontera con Afganistán a la línea limítrofe con la India. (AP)
Tras los atentados en Mumbai, Islamabad refuerza militarmente su frontera, mientras que India pide a sus ciudadanos no viajar al país vecino.
Pakistán comenzó a desplazar miles de efectivos desde la frontera con Afganistán a la línea limítrofe con la India, informaron ayer funcionarios de Inteligencia, elevando la tensión entre los dos vecinos tras los atentados en Mumbai.
La medida causaría frustración en Estados Unidos, que ha instado a Pakistán a intensificar el combate contra los milicianos de Al Qaeda y del Talibán cerca de la frontera con Afganistán.
India ha culpado a milicianos de Pakistán por los atentados del mes pasado a su capital financiera, donde murieron 164 personas. Tras los ataques ha habido una guerra de acusaciones entre los dos países vecinos, que poseen armas nucleares y que se han enfrentado en tres guerras en los últimos 60 años.
Las fuerzas se dirigieron a la frontera con la India desde las zonas tribales cercanas a Afganistán, dijeron dos funcionarios. Agregaron que los efectivos de la 14ta división del Ejército habían sido enviados a Kasur y a Sialkot, cerca de la frontera con la India.
Los militares comenzaron su movilización el jueves, y hay planes de enviar un total de 20 mil soldados a la frontera con la India, añadieron las fuentes, sin dar un cronograma preciso.
India y Pakistán han señalado que quieren evitar un conflicto militar a raíz de los atentados. Sin embargo, Nueva Delhi no ha descartado el uso de la fuerza para presionar a su vecino con el fin de que combata al grupo terrorista culpado por los ataques, el cual tendría su base en Pakistán.
El primer ministro paquistaní, Syed Yousuf Raza Gilani, prometió responder decididamente si es atacado, pero aseguró ayer que Pakistán no comenzará una ofensiva.
“No emprenderemos acción alguna por nuestra cuenta”, dijo Gilani. “No habrá agresión alguna de nuestra parte”.
En tanto, el canciller indio Pranab Mukherjee, acusó a Pakistán de tratar de desviar la atención de las dificultades que pasa para mantener a raya a grupos terroristas en su territorio, como Lashkar-e-Taiba, acusado por Nueva Delhi de organizar los atentados en Mumbai.
“Deberían concentrarse en el tema principal: cómo combatir a los terroristas y llevar a cuentas a los perpetradores del atentado en Mumbai”, dijo.
Pakistán ha detenido a varios cabecillas del grupo proscrito y ha realizado operaciones contra una supuesta organización caritativa, que según Estados Unidos y la ONU era una mera fachada de Lashkar. India ha exigido más acciones, pero Pakistán señala que no las llevará a cabo mientras Nueva Delhi no le proporcione evidencias que sustenten sus acusaciones.
Mukherjee respondió ayer que India había proporcionado evidencias más que suficientes sobre los milicianos, quienes llegaron por mar a Mumbai.
“Les hemos indicado que hay evidencias amplias en las cartas de navegación del barco interceptado, desde la información disponible de teléfonos satelitales hasta otra, la cual apunta a que milicianos de Pakistán fueron responsables por este ataque”, dijo Mukherjee a la prensa.
Más temprano, el primer ministro de la India, Manmohan Singh, se reunió ayer con jefes del Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea, para analizar “la situación de seguridad”, informó un comunicado oficial.