“Nuestro enemigo real… está dentro”.
Dalai lama
Cómo han cambiado los tiempos. En 1997, cuando Felipe Calderón era presidente del Partido Acción Nacional, le pidió a Santiago Creel, quien había concluido su período como consejero electoral en el IFE, ser candidato independiente a diputado en la lista nacional del partido.
La amistad o alianza política que existía entonces ha sido reemplazada por una abierta rivalidad. El último capítulo se dio esta semana con la virtual destitución de Creel como coordinador de los senadores del PAN.
La disputa comenzó cuando Creel era secretario de Gobernación y se le consideraba amplio favorito para obtener la candidatura del PAN a la Presidencia de la República. Calderón ocupaba la cartera de Energía y, a pesar de tener una casi nula presencia en las encuestas, aspiraba también a la nominación.
En mayo de 2004, al concluir una reunión cumbre de la Unión Europea, América Latina y el Caribe en Guadalajara, Calderón participó en un mitin político organizado por el entonces gobernador de Jalisco, Francisco Ramírez Acuña, en que se destapó a Calderón como aspirante. El presidente Fox calificó de “imprudente” el acto y públicamente censuró a Calderón, quien renunció a su cargo por considerar la crítica del presidente “injusta y desmedida”. En privado Calderón se quejaba de que mientras el presidente lo cuestionaba a él, permitía a Creel promoverse como posible candidato presidencial.
Creel se presentó confiado a la elección interna en 2005 ya que las encuestas entre la población general lo señalaban como vencedor; pero Calderón logró un mejor trabajo con los miembros y adherentes panistas, únicos que tenían derecho a voto, y venció contundentemente a Creel. Éste recibió el premio de consolación de una candidatura al Senado al frente de la lista plurinominal, lo cual le garantizaba la “victoria”. Manuel Espino, quien como presidente del PAN tuvo abiertas diferencias con Calderón y su equipo en la campaña y posteriormente usó las facultades que le concedían los estatutos del partido para nombrar a Creel como coordinador panista en el Senado.
Germán Martínez Cázares reemplazó a Espino como presidente del PAN en diciembre de 2007. En marzo de 2008 ratificó a Creel como coordinador, pero las diferencias con Martínez Cázares y el presidente Calderón aparentemente subsistieron. El presidente del partido, que tiene facultades plenas para sustituir a los líderes de las bancadas, esperó al término del período ordinario de sesiones, pero finalmente destituyó a Creel.
La decisión se inscribe en un momento en que Martínez Cázares y el presidente Calderón están fortaleciendo su control sobre las estructuras del partido. El senador coahuilense Guillermo Anaya, secretario general del partido propuesto por el propio Martínez Cázares, está siendo reemplazado también por Rogelio Carbajal, uno de los operadores políticos más cercanos al presidente de la República.
Creel es actualmente presidente de la Mesa Directiva del Senado. Su reemplazo como coordinador de la bancada panista no significa que deba renunciar a esa responsabilidad. La destitución es tan poco protocolaria, sin embargo, que podría ser difícil para él actuar con lealtad al partido. La presidencia de la Mesa Directiva es una responsabilidad en que se representa a toda la cámara y no solamente a un partido político.
La destitución ha generado una oleada de especulaciones alimentada por el silencio del partido acerca de las razones de la acción. Varios panistas con los que he hablado, sin embargo, me señalan que se trata de la crónica de una destitución anunciada. La relación entre Martínez Cázares y Creel, o más bien entre Calderón y Creel, ha sido tirante desde 2004. El rompimiento era inevitable.
El presidente Calderón está terminando una labor empezada en septiembre de 2007, con la renuncia de Martínez Cázares a la Secretaría de la Función Pública para contender por la presidencia del PAN, cuyo propósito era ganar el control del partido. El reemplazo de Espino fue el primer paso. La ratificación de Creel en marzo, en medio del período ordinario de sesiones, era un gesto de conciliación y quizá de esperanza. Pero ahora la destitución abierta sugiere que el intento de reconciliación simplemente no fructificó.
TORRE BICENTENARIO
Una funcionaria del INBA y una compañera periodista me dicen por separado que el Servicio Super Lomas, obra del arquitecto Vladimir Kaspé, estaba catalogado como monumento histórico antes del inicio del proyecto de la Torre Bicentenario. Me han hecho llegar parte del contrato con el que el Grupo Danhos compra el predio y el cual señala: “Que el inmueble está considerado como “inmueble con valor artístico” en la relación del “Instituto Nacional de Bellas Artes” por lo que cualquier proyecto de intervención física que se quiera realizar sobre el mismo deberá presentarse previamente a este instituto así como a la Secretaría de Desarrollo Urbano (“Seduvi”) del Gobierno del Distrito Federal”. La funcionaria del INBA niega que haya habido alguna consideración política en la declaratoria de este predio como monumento histórico. El Grupo Danhos argumenta, en cambio, que el inmueble estaba catalogado como de “valor artístico”, pero que el INBA apresuró una declaratoria “provisional” como “monumento histórico” ante “un riesgo inminente de que la empresa realizara actos irreparables sobre el mismo”.