El sistema financiero europeo, que se creía a salvo de la grave crisis que vive Estados Unidos, vivió este lunes una de las jornadas más negras de su historia de postguerra, cuando varios gobiernos tuvieron que adoptar medidas extraordinarias para evitar el colapso de sendas entidades bancarias que sucumbieron a los efectos de la crisis.
El gobierno británico se vio obligado a nacionalizar el banco hipotecario B&B y como contrapartida se responsabilizó de créditos morosos por un valor de unos 63 mil millones de euros.
Una medida similar tuvieron que adoptar en la noche del domingo los gobiernos de Holanda, Bélgica y Luxemburgo para salvar al consorcio financiero Fortis de la quiebra. Los tres países acordaron, durante una reunión de emergencia, en la cual participó el presidente el Banco Central Europeo, Jean Claude Trichet, comprar activos de Fortis por un valor de 11 mil millones de euros.
La crisis financiera que nació en Estados Unidos también se cobró hoy la primera victima en Alemania y solo una acción relámpago del gobierno alemán y cinco bancos privados evitó un colapso del sistema financiero germano. Cuando nadie lo esperaba, el HYPO Real Estate (HRE), el segundo banco hipotecario y de inversiones del país, logró evitar una quiebra gracias a un crédito de 35 mil millones de euros con garantía estatal.
El consorcio, con sede en la ciudad de Munich y que cotiza en la Bolsa de Francfort desde 2003 donde pasó a formar parte del exclusivo índice de referencia DAX de los 30 principales valores de Francfort, enfrentó una dramática falta de liquidez a causa de las problemas derivados de su filial irlandesa Depfa Bank, que poseía una amplia cartera de créditos para financiar proyectos de largo alcance.
Para evitar el temido “efecto dominó” en el sistema financiero alemán, el gobierno resolvió poner a disposición del HRE, junto con un consorcio de bancos privados 35 mil millones de euros para que el HRE siga operando.
“Todas las alternativas fueron examinadas al detalle y otras vías hubieran encerrado daños considerables para el sistema financiero alemán”, señaló en Berlín el portavoz del gobierno federal Ulrich Wilhelm. “A través de la ayuda de liquidez, se quiere impedir la propagación de la crisis financiera”, añadió.
Confrontado a un peligroso “efecto dominó” en el sistema financiero europeo, el mandatario francés, Nicolas Sarkozy, que detenta la presidencia de turno de la Unión Europea, convocó a una reunión de los cuatro países europeos miembros del G-8 (Italia, Alemania, Gran Bretaña y Francia) destinada a la refundación del sistema financiero internacional, que tendrá lugar en Paris.
Sarkozy, sugirió que había llegado la hora para que la Unión Europea estudie medidas similares a las que adoptó Washington, para impedir el colapso del sistema financiero europeo.
“¿Qué han hecho los estados en el Reino Unido, en Bélgica, en Luxemburgo, en Holanda y en Alemania?, se preguntó Sarkozy. “Ellos han intervenido para proteger la estabilidad el sistema financiero en sus respectivos países y, por lo tanto, en Europa. Yo apoyo, sin reservas, estas iniciativas”: insistió Sarkozy .