En Salamanca, España, hay una de las plazas más bellas del mundo. Las otras son las de San Marcos, en Venecia; la Plaza de San Pedro, en Roma; y la de Registán, en Sanmarcanda.
La Plaza Mayor de Salamanca está rodeada por un solo edificio de cuatro pisos, adornado con arcadas ininterrumpidas, con balcones y terrazas todas de color ámbar, e iguales... En la Plaza hay cafés al aire libre atestados de gente y con las muchachas más bonitas que se pueda desear. Cuando hay calor y el sol pega fuerte, las mesas se colocan bajo las arcadas, donde hay boutiques y tiendas. Las arcadas están adornadas de medallones con las figuras más importantes de la historia de España, desde el Cid Campeador hasta los Reyes actuales.
Salamanca es una de las ciudades más antiguas de España, y su Plaza Mayor se construyó en siete décadas a partir de 1729... Cerca de Salamanca está Arévalo, un pueblo triste y viejo que tiene tres cosas que sorprenden: es un sitio ideal donde se filman películas, pues quitando los anuncios de Coca Cola y los cables de la luz, queda como una ciudad de hace 500 años... Allí se hace el mejor pan de España, que es tierno y crujiente pues lo preparan con miel, crema, sal gorda y grano poco molido... Y en el viejo mesón “Pinilla” de la Plaza Mayor, donde hay fotografías de todos los actores que han filmado películas allí, se sirve un rico cochinillo los martes y días festivos, y en las fiestas titulares de junio.
Es tan famoso el cochinillo del pueblo de Arévalo, que un poeta agradecido, después de comerlo, escribió lo siguiente: “Todo dorado, todo aromático, todo reluce, por el tocino y el ajo”... La receta de cómo prepararlo no es tan difícil como se piensa: Se debe escoger un cochinillo gordo y pequeño, de un mes de nacido, y que no pese más de cuatro kilos, porque si pesa más resultará grasiento y duro. Se sacrifica, se le quitan los pelos y se abre en canal, de los pies a la cabeza, y después de limpiar su interior se unta con abundante mantequilla, cebolla, sal, mucha paprika, hojas de laurel, ajo, limón, perejil, tomillo y vinagre blanco. Luego, en una cacerola preferiblemente de loza negra, se asa a 185 grados y en media hora está doradito y crujiente. Su olor se esparce por toda la cocina, llega al comedor, y es el aviso anticipado del deleite que van a tener los comensales.
En el pueblo de Arévalo vivieron Isabel de Portugal y su hija Isabel, que iba a ser llamada la Católica, y se dice que disfrutaban bien del cochinillo y del pan tradicional del pueblo... Isabel la Católica, por cierto, sufrió terriblemente antes de casarse. Su mamá se volvió loca y se golpeaba contra las paredes del castillo, y se dice que emitía gritos desgarradores. Su hermano Enrique era un depravado que ofreció en venta a su propia hermana a personajes reales de España, Alemania y Portugal... Isabel rechazó todas las insinuaciones de su hermano que quería por último que se casara con un viejo pero rico y decrépito español, sólo para heredarlo. Ella conoció entonces a Fernando de Aragón, dos años más joven que ella, con quien se casó. Fueron los reyes de España que conocieron a Cristóbal Colón y costearon sus viajes para el descubrimiento del Nuevo Mundo. Así entraron a la historia, y todo comenzó en ese pequeño y triste pueblo de Arévalo, muy cerca de Salamanca.
No se puede ir a Salamanca sin visitarse su Universidad, una de las más prestigiosas de España y de Europa, y quizá la más antigua... Tampoco su vieja catedral, con siglos de haber sido erigida y que encierra reliquias poco conocidas... Salamanca es una ciudad muy vieja, de muchas calles estrechas, de sabor a historia... Es una de las ciudades orgullo legítimo de España.
FOTOS 1.–
La Plaza Mayor, en un día de fiesta, y rodeada de portales llenos de vida y alegría.
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La vieja Catedral es un testimonio vivo de la antigüedad de Salamanca.
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Interior de la famosa Universidad de Salamanca, una de las mejores de España.
