Maqueta de los hoteles submarinos, en forma de anémona gigante, hechos de acero, concreto y vidrio especial.
Vivir en el fondo del mar, que parecía un sueño imposible de alcanzar, ya es una realidad, pues en varias ciudades se podrá disfrutar de la vida submarina sin ser buzo, viviendo en hoteles con todas las comodidades que pueda ofrecer el mejor hotel de tierra firme.
Todo comenzó cuando Julio Verne escribió su novela “Veinte Mil Leguas de Viaje Submarino”, en la que el personaje principal, el capitán Nemo, recorre las profundidades del mar en el submarino “Nautilus”, convertido en lujoso palacete.
Otro hombre de visión, Joachim Hauser, quiso construir un hotel en el espacio, pero encontró tantas dificultades técnicas, que decidió mejor construir un hotel en el fondo del océano, y lo logró.
Aunque ya existen en Florida y Suecia pequeños lugares bajo el agua donde hospedarse, la compañía “Crescent Hydrópolis”, presidida por Hauser, construye verdaderos hoteles submarinos en la isla de Man, Londres, Mónaco y Nueva York.
Esos hoteles, con todo lujo y comodidades, se ubicarán a poco más de veinte metros de profundidad, en un espacio suficiente para ofrecer a sus huéspedes todo lo necesario para una vida placentera y segura, disfrutar de las bellezas submarinas, sin privarse de nada. Dichos hoteles tendrán 250 y 300 suites, con spa, lujosas recámaras y sala de estar. Habrá también salones de baile o convenciones para mil personas, centro nocturno, una pequeña capilla, dispensario médico, gimnasio, casino, y una gran variedad de tiendas donde se podrá comprar casi de todo.
Estos hoteles bajo el mar que están en construcción, tendrán ventanas panorámicas protegidas por vidrios especiales, que permitirán admirar los maravillosos jardines coralíferos del fondo del mar, la vida y el movimiento de peces de toda clase, y los ejemplares más curiosos de la flora submarina.
Los hoteles submarinos, o “hydroplace”, tendrán una torre, o “hidrotower”, que se conectará a tierra firme por medio de túneles transparentes, y asumirán la forma de una anémona gigante de acero, concreto y vidrio de siete niveles. Los palacios acuáticos tendrán también elevadores desde su base terrestre para el descenso o ascenso de huéspedes, sin que haya el peligro de alteraciones en la presión atmosférica. Algunos de dichos hoteles se instalarán en lagunas de buena profundidad, y con una capacidad menor para sólo 144 huéspedes.
Para asegurarse una suite en los primeros resorts que se construyen, se pueden hacer reservaciones desde los próximos dos años. Una novedad que llamará la atención es la amplia y bien surtida biblioteca que tendrán, llamada justamente Julio Verne, en honor de quien tuvo la idea original de vivir en el fondo del mar. También habrá pequeños submarinos para los huéspedes que deseen explorar las profundidades del mar un poco más allá de los terrenos del hotel.
En principio, se planea que la estancia en dichos hoteles sea de seis días: tres en tierra firme y tres en las instalaciones submarinas. El costo aproximado de la suite se calcula en quince mil dólares, y también se podrá alquilar todo el hotel por sólo tres millones de dólares.
