CRÓNICA DE VIAJE
Por Ricardo Rubín
DOS RESTAURANTES, Y UNA RECETA DELICIOSA
España es un país que ofrece múltiples atractivos, y el de la gastronomía es uno de los más importantes. Cada región tiene distintos platillos típicos, todos deliciosos, así como un variado número de vinos.
Hay dos ciudades que me han cautivado siempre por mil razones, y también por algunos restaurantes donde se disfruta del verdadero placer de la cocina hispana. Vayamos al “Mesón de Cándido”, en Segovia; y al restaurante “Soley”, en Barcelona. Y terminemos la crónica con una receta poco conocida, mermelada de tomates, pero riquísima, muy fácil de preparar, y de lo más económica.
Al Norte de Madrid está Segovia, una de las ciudades de la región central de España que ofrece historia, folklore, gastronomía y una forma muy especial de vida, gracias a la influencia romana que tuvo. El restaurante más recomendado aquí es el “Mesón de Cándido”, que ha estado en el mismo sitio y administrado por la misma familia desde hace más de 700 años.
Es un lugar fascinante, de aspecto rústico, que se encuentra a la sombra del legendario y extraordinario Acueducto romano que tiene una altura de 25.5 metros, docenas de altos y sólidos pilares, y una extensión de 17 kilómetros que cruzan montañas y algunos valles tranquilos.
Arriba, en la cima de la montaña principal, justo arriba del restaurante, está el famosos Alcázar de Segovia, un palacio fortaleza morisco que fue ganado por los castellanos cuando Isabel y Fernando subieron al trono. Las torrecillas de este monumento son de gran belleza arquitectónica, y se elevan sobre un pico de altas laderas.
En el “Mesón de Cándido” la especialidad más solicitada es la llamada Sopa Castellana Siglo XIV, que se asegura es uno de los platillos más auténticos y antiguos de la cocina hispana, y que lleva jamón picado, pan, aceite de oliva, ajo, cebolla, pimentón y caldo de res o de pollo.
En el “Mesón de Cándido” se pueden saborear además exquisitos platillos del mar, de la tierra y del aire, así como la rica frescura de legumbres y frutas. La bodega de vinos es grande y bien surtida, y el ambiente muy acogedor.
Vayamos ahora a Barcelona, donde comimos en el restaurante “Soley”, recién remodelado y el que, según noticias no confirmadas, han cambiado de giro. En el “Soley” hay varias especialidades, pero ninguna como su Zarzuela de Mariscos, (que muchos turistas creen que se trata de algo musical), pero que es una deliciosa mezcla de mariscos bañados en una salsa cuya receta se guarda en la caja fuerte, y que se sirve humeando en la mesa para que los comensales disfruten también de su aroma.
La selección de vinos es selecta, y otra de las especialidades de dicho lugar son las ostiones, servidas en distintas formas, acompañadas al natural de rodajas de limón y artísticamente colocadas en el plato. Algo que también recomiendo son los platillos de pollo, y en especial el del pollo rostizado, que da vueltas y vueltas lentamente en el rosticero, calentado con leña recogida en bosques cercanos, que lo hacen despedir un aroma que invita a pedirlo.
Y ahora, la receta muy española de la mermelada de tomates, exquisita, nutritiva, sencilla y muy económica. Ingredientes: dos tazas de tomates pelados, sin semillas, y cortados en trozos pequeños, el jugo de un limón sin semillas, dos tazas de azúcar, y un cuarto de taza de vino Jerez. Preparación: Se combinan todos los ingredientes, y se dejan reposar dos horas. Después se hierve todo, revolviendo la mezcla con frecuencia hasta que la miel queda espesa, o se cae en gotas largas y lentas de la cuchara. Se saca del fuego, se le agregan otras dos cucharadas de Jerez, y se vacía en los recipientes donde se quiera guardar.